Tan solo este año, las lipoabdominoplastias aumentaron en un 25%, de acuerdo a cifras entregadas por la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP). Esta alza se explica en parte por el aumento que hubo de cirugías bariátricas realizadas en pacientes con obesidad mórbida y que luego bajaron drásticamente de peso, quedando con un exceso de piel. Por otro lado, esta alza fue producida por las mujeres que se realizaron intervenciones buscando eliminar la “guatita de delantal”, luego de haber sido mamás.
En ambos casos la motivación podría ser estética, para mejorar una condición del cuerpo que ha sufrido alteraciones. Sin embargo, un importante porcentaje de estos casos recurre a una cirugía no por vanidad, sino que para poder reparar una parte de su cuerpo que presenta una deformación y que puede acarrear consecuencias médicas, produciendo irritaciones e incluso hongos en las zonas que quedan cubiertas por los colgajos de piel.
Y ello, sin mencionar el menoscabo a la integridad física y sicológica de estas personas, que incluso se abstienen de realizar actividades que dejen en evidencia estos defectos físicos.
Así las cosas, es difícil poner un límite entre cirugía estética y cirugía reconstructiva, pues habría que analizar caso a caso y cuánto influye en cada persona. Pero lo que sí es un hecho concreto es que, en ambos casos mencionados, hay un deterioro de la calidad de vida, que merece la pena ser tomado en cuenta.
El problema es que las cirugías reparadoras no siempre son tomadas como tales y muchas veces son consideradas por las Isapres como procedimientos con fines de embellecimiento, por lo que la persona tiene dos caminos: o cancela el costo total de la cirugía o llega a instancias legales para que su prestador de salud cubra dicha intervención quirúrgica.
Si bien no todos tienen acceso a las cirugías y un gran segmento de la población debe “aprender” a vivir con su cuerpo, es necesario poner sobre la mesa estos temas, para evaluar de qué manera dar mayor cobertura a intervenciones destinadas a entregar una mejor calidad de vida al paciente.
Roberto Prado,
Cirujano Plástico, miembro de la SCCP
http://www.drprado.cl/
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