El apoyo psicosocial y emocional son junto con el tratamiento del dolor, pilares del cuidado entregado a los pacientes en el Programa de Cuidados Paliativos. En diciembre se realizó la última visita de este año de atención domiciliaria del Programa de Cuidados Paliativos del Hospital de Carahue.
Colaborar en el alivio del dolor y dar apoyo integral a los pacientes con cáncer terminal es el objetivo del Programa de Cuidados Paliativos y Alivio del Dolor del Hospital de Carahue del Servicio de Salud Araucanía Sur, programa que se encuentra trabajando desde 1996, dando cobertura y apoyo a cerca de 130 pacientes por año.
El programa, dirigido a pacientes con cáncer avanzado y que son tratados por un equipo médico, llegó hasta la localidad de Catripulli. En la visita domiciliaria la dra. Erika Molina, chequeó la salud del paciente y se entrevistó con su cuidador, un hijo quien está al cuidado de la deteriorada salud de su padre. Allí revisó los medicamentos del paciente, ajusto algunas dosis, frecuencia y entregó otras indicaciones para su cuidado.
En la ocasión, la dra. Molina explicó que el equipo no solo entrega apoyo clínico al paciente, sino que además existe un apoyo psicosocial y emocional junto con el tratamiento del dolor. “Este programa está dirigido a pacientes con cáncer terminal, la idea es que el equipo médico acuda al domicilio para poder evaluar al paciente en su contexto familiar, mejorando la calidad de los tiempos de atención. Es importante mencionar que nosotros no sólo prestamos ayuda clínica a los pacientes, sino que además entregamos apoyo emocional a los familiares que cuidan a los enfermos, en esta etapa del cáncer”, aseguró.
La profesional, explicó que la tarea que se efectúa en el programa, incluye el trabajo con el paciente y su entorno familiar, abordándolo de un punto de vista sistémico. “No sólo trabajas con el cuerpo, sino con las emociones, con la mente, con la familia, el trabajo del grupo social, del ambiente, también es súper importante y no se da en otras áreas”, manifestó.
En este sentido, el programa se articula en varios ejes, que apuntan a mejorar las condiciones de vida de las personas enfermas. “Uno de los pilares es el alivio de los síntomas físicos. El dolor es el más frecuente, pero hay otros síntomas como disnea, síntomas digestivos, sicosomáticos. Hay que hacer un diagnóstico de cuál es el síntoma que está aquejando a esa persona y programar un tratamiento farmacológico para poder aliviar. Pero por otro lado, también está otro pilar que es importante y que tiene relación con todas las intervenciones que se puedan hacer desde el punto de vista psicológico, psicosocial y espiritual”, indicó.
En la oportunidad, Cecilia Henríquez, enfermera del Programa, destacó el acompañamiento emocional que hace con los familiares, “la asistencia espiritual es muy importante, nosotros colaboramos haciendo el nexo con el líder espiritual, sea pastor, sacerdote o machi.”
Finalmente cabe señalar que los pacientes de este Programa son atendidos por un equipo conformado por un médico, enfermera y técnico paramédico (tens). Ellos son los encargados de atender las necesidades y cuidados de los pacientes derivados del Policlínico del Dolor del Hospital Hernán Henríquez Aravena.
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