En seminario de la UC, el consejero Marcelo Drago, analizó los avances en la agenda de probidad y las deudas que aún prevalecen en materia de transparencia y lucha contra la corrupción.
Este año se conmemoran ocho años desde que entró en vigencia la Ley de Transparencia, que permite que todos los ciudadanos puedan exigir información a los organismos del Estado.
Y pese a que la norma significa un avance sustancial para nuestra democracia, aún prevalecen ciertas deudas en materia de transparencia y lucha contra la corrupción.
Así lo cree el consejero del Consejo para la Transparencia (CPLT), Marcelo Drago, que a través de una intervención en el seminario “Hacia una Nueva Agenda de Probidad”, destacó el rol de ésta y otras normas en el fortalecimiento de nuestra democracia, como la Ley de Declaraciones de Intereses y Patrimonio.
“Esta política es inédita a nivel mundial, por volumen y por la forma de disponibilizar la información, ya que entrega verdaderas herramientas al ciudadano para escrutar la evolución patrimonial de sus autoridades y sus conflictos de interés”, señaló Drago en la instancia organizada por el Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica (CEIUC), en conjunto con el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres).
En ese sentido, Drago hizo un llamado a la ciudadanía y las ONG’s para ejercer un efectivo control social y verificar a través del sitio www.infoprobidad.cl la evolución patrimonial de autoridades y funcionarios públicos.
“Es necesario ahondar en los flujos para detectar los enriquecimientos ilícitos durante el ejercicio de la función pública y fomentar el control social efectivo”, sentenció el consejero del CPLT, haciendo hincapié en que aún se requieren avances en materia de probidad, como un mayor control en el sector privado, un sistema integral de transparencia y la reforma constitucional que incorpora el principio de transparencia y el derecho de acceso a la información en la Constitución, que lleva más de dos años en el Congreso.
“Si bien hay una crisis de desconfianza y deslegitimidad en muchas áreas del sector público, también hay desconfianza en el sector privado, pues hay una sensación de abuso. Por esa razón la cultura de la probidad tiene que ser una sola en lo público y en lo privado”, agregó Drago.
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