Como una manera de combatir los altos índices de obesidad y sobrepeso entre los jóvenes, es que la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás sede Temuco y la Dirección de Asuntos Estudiantiles, iniciaron un programa de atención nutricional a los estudiantes de la institución.
La iniciativa estableció la apertura de una Clínica Nutricional que funciona en el laboratorio de la Escuela de Nutrición y Dietética –ubicado en el quinto piso del edificio A de la sede de calle Rodríguez- bajo la administración de la profesional y docente de la UST Temuco, Macarena Lillo.
La clínica funciona dos días a la semana, los lunes de 17:30 a 19:30 horas y los miércoles de 12 a 14 horas.
Según Lillo, la propuesta ha tenido una amplia acogida en el alumnado de Santo Tomás Temuco. “Apenas se supo de esta clínica, los cupos de atención se fueron llenando rápidamente. Hoy estoy programando consultas para el mes de junio y julio y ya tenemos una lista de espera importante” explicó.
Alta obesidad y sobrepeso
El principal motivo de la alta demanda es el aumento progresivo de la obesidad y el sobrepeso observado por los propios estudiantes y el interés por asumir un estilo de vida más saludable.
“Vemos que hay muchas personas que estudian y tienen sobrepeso e índices de obesidad culpa de la mala alimentación. De hecho la mayoría no desayuna, algo clave en la mantención de un estilo de vida saludable, sustituyendo esta carencia con productos no recomendables como dulces, chocolates y comida chatarra, a pesar que en el casino de la universidad se brinda la alternativa de consumir ensaladas o frutas”, explica la nutricionista.
A su juicio esta deficiente alimentación, unido a un desorden en los horarios de alimentación, provocan que cinco de cada siete personas atendidas en la clínica tenga sobrepeso u obesidad. Esto implica que en promedio el 70% de la población estudiantil en Santo Tomás Temuco sufra este flagelo que en el tiempo acarrea enfermedades cardiovasculares y físicas.
“Hoy se hace necesario para revertir esta situación, el cambio de hábito. Los estudiantes deben aprender a no saltarse las horas de alimentación o colación y darse el tiempo de consumir en la mañana un buen desayuno, para eso es importante que en sus mochilas, junto a sus libros y cuadernos, lleven frutas, yogurt, barritas de cereal, pan integral y leche descremada, productos esenciales en una dieta sana y balanceada. Esto sumado a una necesaria actividad física –que tampoco está en el hábito de la mayoría de los estudiantes- provocará la disminución de estos altos índices de obesidad y una mejora sustancial de la salud y la condición física” precisó Macarena Lillo.
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