La profesión docente es descrita en estos tiempos como una labor profesional de alta complejidad por diversos actores, tanto en el sector público como en el privado, siendo innumerables los argumentos técnicos dispuestos para esta prescripción y en eso, el consenso es total.
Pero sin duda ser profesor en Chile, hoy es mucho más. Es ocupar un rol de agente de trasformación social fundamental para nuestros tiempos, particularmente en sectores de alta vulnerabilidad los que lastimosamente aún son muchos más de los que quisiéramos y cuando nuestros indicadores de justicia social y equidad son aún dolorosos. Es acompañar los procesos de crecimiento y desarrollo de niños y niñas, orientando las estrategias pedagógicas para un aprendizaje de calidad, pero también generando un espacio de construcción de futuro en comunidad. Es tener la certeza de que existen tantas y diversas formas de aprender en un aula de clases, actuando como el confidente de tristezas y alegrías, y en más de una oportunidad como padre o madre sustituta.
Ser profesor en el Chile de hoy, es ser profesional innovador, líder pedagógico que propicie el gusto por la cultura y las ciencias, dispuesto a recibir y valorar la diversidad de razas, culturas, condiciones sexuales y creencias religiosas, es estar preparado para entregar educación en contextos de incertidumbre, generando espacios para que el aprendizaje ocurra sosteniendo los principios de justicia, recuperando el afecto como eje conductor de las relaciones humanas y entregando herramientas de fortalecimiento para la participación ciudadana en miras de una sociedad mejor.
Ser profesor en el Chile de hoy, como lo bien lo señala el importante teórico chileno Claudio Naranjo, es cambiar la Educación para cambiar el Mundo.
María Pilar Calderón
Decana Facultad de Educación, U. Central
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