La Derecha y la renovación del Águila

unnamed (2)Si la pregunta es ¿Qué es ser derecha?, ¿Cuál es tu respuesta?, la respuesta puede ser amplia considerando la diversidad y multidimensión de este concepto actualmente en el escenario político y social chileno. Para algunos tiene estrecha relación con un determinado clivaje político (dictadura o gobierno militar); una concepción económica (libertad económica) y social; una visión valórica relacionada a discusiones mediáticas como el aborto y el matrimonio homosexual e incluso en algunos casos, erróneamente generalizado, ligado al empresariado y la élite chilena.

Entendiendo la diversidad de visiones que trae consigo el concepto de “derecha”, Jaime Guzmán ya lo consideraba en sus escritos personales cuando decía “…pero en la actitud común habrán encontrado, dentro de la variedad, la fuente de la armonía. Y dentro de la unidad el impulso de una comunidad…” el ex Senador asesinado en democracia ya vislumbraba en qué se transformaría esta derecha, que para algunos tiene tintes conservadores, liberales e incluso para otros “ultraderechistas”.

La sociedad de hoy caracterizada por una desafección política importante, donde según la última encuesta CEP octubre-noviembre 2018 un 63% de la población no se identifica con algún sector político ha llevado a que las coaliciones políticas y sus miembros realicen un nuevo estudio de cómo llegar a ese esquivo elector que incluso tiene la garantía de un voto voluntario que llevó los niveles de participación en elecciones a su punto más bajo en las últimas municipales, presidenciales y parlamentarias. Para la derecha ese nuevo estudio radica en abordar y tomar posiciones en las siguientes posturas; regulación del proceso migratorio, reforma a legislación laboral y su definición respecto de su postura pro empresa o pro trabajador, seguridad ciudadana y prevención del delito, reforma de las pensiones, educación en todos sus niveles y dimensiones, definir si avanzar o no en temas valóricos (aborto, matrimonio homosexual, adopción homoparental, eutanasia).

En los tiempos actuales y venideros la política en general y con ello La derecha, tendrá un gran desafío basado en los cambios generacionales y la natural extinción de ese voto duro y disciplinado asociado principalmente a los herederos del voto obligatorio, de la educación cívica y del voto como herramienta de cambio y opinión. Hoy deberá luchar con una sociedad más exigente, demandante e informada que responde a causas e intereses que probablemente la política hoy ni siquiera aborda de manera incisiva, como lo puede ser el medioambiente, la tecnología, formas de trabajo y conceptos de subordinación y dependencia, composición familiar, valores, etc. Entonces, ¿Cómo recogerán esos intereses y los plasmarán en su relato y discurso político? ¿Los políticos actuales, están preparados para ello?

Hoy el elector buscará cada vez más tomar aquella opción que logra diferenciarse de su competencia, no por el qué hará, si no por el cómo resolverá los problemas y se posicionará ante temáticas y discusiones como las antes expuestas, el tiempo de las definiciones ha llegado para quedarse y el de las ambigüedades para retirarse, lo anterior, basado en la confianza y en el desarrollo de un storytelling emotivo, inspirador en el cual el elector se pueda sentir reconocido y representado. Las elecciones se transformarán en un debate de narrativas por sobre un debate de ideas, considerando que los electores ya no buscan políticos, sino más bien personas, y siendo aún más exigentes, personas como ellos. La conexión con el electorado será cada vez más difícil, la propaganda será totalmente desplazada por el mensaje y la historia, bien contada por supuesto, fidedigna y orientada a satisfacer un determinado segmento de la población. La reputación adquiere una mayor relevancia, pues la actualidad no permite ocultar nada y cada error o mal antecedente será el anzuelo perfecto para el rotundo fracaso.

Para que la derecha continúe en el poder ¿será clave la construcción de un relato común en donde la variedad sea la fuente de la armonía? ¿Tendrán la capacidad de entregar al país un proyecto inspirador y de largo plazo? ¿Sabrán lo que el elector necesita y conversa en su núcleo familiar? Y, por último, ¿tendrán las personas idóneas para ocupar los espacios de poder y decisión?

Escribe: Marco Luna Macalusso, Administrador Público y Licenciado en Ciencias Políticas.

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