El INE dio a conocer las cifras de empleo correspondientes al trimestre junio-agosto del presente año, donde la región de La Araucanía registró una tasa de desocupación de 7,1% ubicándose en la posición 10 de menor desempleo entre las 16 regiones incluidas en la medición. La desocupación del trimestre no tuvo variación respecto a la obtenida en igual trimestre del año anterior; sin embargo, como hemos comentado en otras ocasiones, no basta observar solo la tasa de desocupación para realizar un análisis sino también la evolución de otros indicadores relevantes. En este sentido, los datos muestran un preocupante escenario para el mercado laboral regional que ha venido deteriorándose con más fuerza los últimos trimestres del año, y que podría ser aún más negativo incluso si la fuerza de trabajo no disminuyera con tanta intensidad como lo ha hecho.
La creación de empleo regional es uno de los indicadores de peor desempeño este 2019, en este último trimestre se destruyeron 9.830 puestos de trabajo en comparación al mismo trimestre del año anterior, es decir, la región tiene hoy casi 10 mil trabajadores ocupados menos que hace un año atrás. Este nivel de caída en los ocupados es de los más altos observados en la región desde el año 2015. Lo preocupante es que no se trata de un dato puntual sino de una tendencia negativa que se ha observado desde inicios de año donde la creación de empleo comenzó a mostrar una desaceleración, y que se ha agudizado en los últimos tres trimestres consecutivos donde la variación de los ocupados pasó a ser negativa y creciente. Al desagregar por sexo el último trimestre, tenemos que la cantidad de mujeres ocupadas disminuyó en 2.170 en 12 meses, mientras que los hombres anotaron una caída de 7.660 en el número de ocupados. Otro aspecto preocupante es que la principal disminución de los ocupados se registró en los trabajadores asalariados y en especial los asalariados privados que cayeron en 6.520 personas en 12 meses, en tanto los ocupados por cuenta propia disminuyeron en 2.430 personas. El empleo asalariado está asociado típicamente al crecimiento económico, por tanto la disminución de ocupados en esta categoría estaría indicando la debilidad de la actividad económica regional que se traduce en menor generación de empleos por parte de las empresas.
El país vive una desaceleración económica y la región no está ajena a este ciclo, la menor actividad agregada y expectativas a la baja están impactando al empleo regional. Es de esperar que en lo que resta de año ramas claves como el comercio y la agricultura repunten en su actividad para que comiencen a mejorar los índices laborales, pero el panorama no será fácil este año en materia de empleo.
PATRICIO RAMIREZ R.
Coordinador
Observatorio Económico y Social
Universidad de La Frontera
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