Docente Nutrición y Dietética
Universidad Autónoma de Chile
Estamos en verano, estación en que la gran mayoría de las personas toma sus vacaciones, tiempo ideal para salir de las rutinas, pasear y descansar, pero ¿qué sucede con la alimentación en este periodo? Con la llegada de las tan anheladas vacaciones, muchas veces nuestra alimentación pasa a un segundo plano o se ve modificada, tienden a cambiar los horarios, alimentos y cantidades que ingerimos, y finalmente aparecen los kilos de más, esos que nadie quiere tener y que nos recuerdan durante todo el año, que algún día comimos de más en vacaciones. ¿Qué hacer entonces? La respuesta no es una sola. SI ya existen ciertos hábitos de alimentación, la idea es mantenerlos; si por el contrario, no existen, esta época puede resultar ideal para crear hábitos saludables, ya que se contará con más tiempo para poder planificar y cocinar.
La idea es ir estableciendo horarios de alimentación, realizar 4 comidas al día, cada 3 a 4 horas, siempre partiendo por el desayuno y no por el almuerzo, y pensar en que la última comida sea liviana y no más allá de las 20 horas.
También es importante aprovechar las frutas y verduras propias de la estación. En este sentido, las Guías Alimentarias, que son recomendaciones creadas por el Ministerio de Salud, aconsejan el consumo de 5 porciones entre frutas y verduras cada día. Lo ideal es comerlas de forma natural, siempre bien lavadas, crudas y con cáscaras, y no transformadas en jugo, ya que de esta forma contribuyen menos a la saciedad, y además, a la mayoría de ellos se les añade azúcar. Lo mismo que sucede con las frutas en conserva. Las frutas y verduras naturales pueden ser incorporadas en las distintas comidas a lo largo del día o en las colaciones.
Para hidratarse no hay que olvidar el agua. Un dato importante es que aproximadamente el 60% del cuerpo de una persona adulta es agua, porcentaje que crece en los niños y lactantes. El agua tiene funciones vitales en nuestro organismo y se pierde cada día a través de distintas vías, la principal es la orina, pero también existen pérdidas por el sudor, las heces, la piel y respiración, aumentando los días de calor y promoviendo la deshidratación, la cual pone en riesgo la salud. Se vuelve imprescindible entonces su consumo, la recomendación es beber entre 6 a 8 vasos al día, pudiendo ser infusiones sin azúcar pero no bebidas, aunque estas sean “zero” o “light”.
Por último, es importante que estos hábitos de alimentación saludables permanezcan en el tiempo y no sean solo una moda pasajera, y considerar que todas estas recomendaciones resultarán mucho mejor, si van acompañados de actividad física.
Dejar una contestacion