La tasa de ocupación informal (TOI) en La Araucanía para 2019 fue de 38,5% la más alta del país, superando en casi 10 puntos porcentuales al promedio nacional que llegó a 29,1%. Los sectores de agricultura y comercio agrupan la mayor cantidad de ocupados informales. A nivel de categoría, la informalidad se concentra en los trabajadores por cuenta propia. Son parte de las cifras y conclusiones que presenta el estudio “Informalidad laboral en La Araucanía 2019” elaborado por el Observatorio Económico y Social de la Universidad de La Frontera (OES-Ufro), donde se realiza un análisis de los principales indicadores de informalidad laboral en la región de La Araucanía en base a datos INE, haciendo un balance para el año 2019.
Según indica Patricio Ramírez, Coordinador del OES-Ufro, La TOI anual 2019 para La Araucanía cierra en 38,5% transformándose en la más alta de las regiones del país para el ejercicio 2019 (ver figura 1). Esto significa, que el 38,5% del total de ocupados de la región se desempeña en labores y actividades calificadas como informales de acuerdo al INE. Esto se traduce en que 183.760 personas (de un total de 476.740) trabajan en condiciones de informalidad laboral en la región, es decir, sin cotizaciones de salud ni previsión social.
Figura 1: Tasa de Ocupación Informal (TOI) año 2019 por regiones y total país
Fuente: elaboración propia en base a datos INE.
La Araucanía se convierte por segundo año consecutivo en la región con mayor informalidad laboral del país. En 2018 la TOI regional llegó a 39,1% liderando también el empleo informal en Chile. El avance es casi nulo entre 2018 y 2019, la TOI regional registra una disminución de apenas 0,6 pp. en un año. Esta situación evidencia una realidad de alta precariedad e informalidad en el empleo regional, que coloca a la región de La Araucanía con la mayor cantidad de trabajadores informales en relación al total de ocupados, en comparación con las demás regiones del país. Recordemos que según el INE se considera como ocupación informal a los trabajadores dependientes que no cuentan con cotización para salud ni previsión en su vínculo laboral; así como también a los trabajadores por cuenta propia que se desempeñan en una actividad informal (empresa o actividad no formalizada ante el Servicio de Impuestos Internos); y finalmente agrega a los familiares del hogar no remunerados.
Ramírez señala que las cifras evidencian una alta precarización del empleo regional que constituye un gran desafío para superar los índices económicos y sociales de la región, lo que requerirá de un esfuerzo público, privado y de los propios trabajadores.
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