Muchos Chilenos que invirtieron cada peso viajando a Santiago a buscar su mercadería e instalarse en las ferias, aquella productora de artesanía que estaba partiendo con su negocio la Lamieng que vendía su verdura en el centro de Temuco, todas las personas que no tienen trabajo estables y que sus ganancias del día llevan el sustento a su hogar, aquellos que invirtieron hasta el último peso en insumos y hoy deben pagar el arriendo de su pequeño local en la galería donde comercializan sus productos, estando en cuarentena que harán?, a los que se les vencerán sus productos perecibles, son grandes pérdidas, irrecuperables que tendrán los emprendedores de mucho esfuerzo y bajos recursos.
Son ellos también tratados todos como hijos de Farcas por el Estado en su ficha de protección social, no clasifican para bonos y ayudas estatales para mantener a sus familias mientras dure la crisis, porque solo se ve los ingresos, pero no los gastos referentes a las deudas o deberes que se deben cancelar mes a mes.
El COVID-19 dejará más cesantes que contagiados en el futuro, la cuarentena es buena para recuperar el estado de salud, pero como se levantará en el futuro la microeconomía familiar, las pymes, los emprendedores, los locatarios y los cesantes en poder encontrar un trabajo.
El desequilibrio es parte del emprendedor no sabe cuánto ganará cada día, las ventas estaban dándose como cualquier año vendían sus productos de acuerdo al año estacionario, hoy ven cerrados sus pequeños negocios, no anda gente en la calle, las personas no salen desde estallido social, que algunos locales como el caracol de Temuco y sus alrededores, ya no son muy frecuentados, a consecuencia del 18 de octubre, se acumulan las deudas, el desempleo aumenta y los dineros asignados al apoyo de programas se redestinaron.
Cuando la pandemia termine, la fuerza emprendedora será la misma u veremos por las calles un nuevo estallido social, pero de personas cesantes que perdieron su fuente de empleo independiente por la llegada del Conoravirus, la inseguridad Laboral aumenta y el Estado No despierta.
César San Martín Llancaqueo
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