De esta forma el espacio se convierte en un lugar más ameno y cercano a través del proyecto “Mi amigo Hospital pintó sueños y alegrías para que cada día sonrías”.
En el marco del trabajo desarrollado por el Comité de Humanización de la Salud del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, y buscando brindar un espacio más acogedor a los pequeños hospitalizados en la Unidad de Hemato-Oncología Infantil, a partir de la semana pasada se formalizó la instalación de murales con motivos infantiles
La idea fue hacer que el lugar fuese más amigable y acorde a la edad de los niños para hacerlos sentir más cómodos, en medio del proceso de enfermedad que enfrentan, para lo que se utilizaron como base, los dibujos de los pequeños pacientes de la Unidad.
Esta idea surgió del equipo directivo y de la Unidad de Humanización del Hospital, con ayuda del Voluntariado de Arteterapia, quienes gestionaron la idea, que finalmente se convirtió en realidad, enfocándose en el marco de la Visión institucional que une la atención de salud como un proceso más humanizado.
El proceso
La Dra. María Isabel Toledo Gutiérrez, directora de la Unidad de Acompañamiento Espiritual, también integrante del Comité de Humanización de la Salud, sostuvo que “en los dibujos se plasmaron sueños, anhelos, alegrías e intereses de los niños; lo que les llama la atención del mundo y con ese trabajo se lograron estas obras”.
El proyecto vio la luz gracias a un detallado plan de trabajo desarrollado por el Voluntariado de Arteterapia, con el cual se efectuaron talleres de dibujo y pintura en los cuales se obtuvieron las obras que los pequeños entregaron para culminar con los murales y que quedan como recuerdo de su paso por la Unidad.
Tras esta primera etapa los dibujos fueron digitalizados para, posteriormente, ser aplicados en los muros, por lo que se respetaron los trazos hechos por los pacientes.
Un regalo para los usuarios más pequeños
La Dra. Mónica Arriagada, jefe de la Unidad de Hemato-Oncología Infantil y pediatra, señaló que “si se piensa que esta es una Unidad para niños y ellos están constantemente regresando, esta se convierte en su segunda casa. Así que estamos muy contentos, porque el lugar se hizo más amigable y bonito. Que ellos vean sus dibujos en la pared hace que todo sea más cálido. Somos adultos, pero trabajamos con niños y tenemos que preparar los lugares pensando en ellos”.
Agregó la profesional que este no es un Hospital pediátrico y los niños al concurrir al establecimiento se insertan en el mundo de los adultos, y que esta iniciativa produce comodidad en los pacientes.
En palabras de la Dra. María Isabel Toledo, “esto reúne arte, belleza, terapia y no solamente son diseños de dibujo. Está contenido en esto lo que se vive en el proceso de la enfermedad y qué los hace sentir a ellos más contenidos y apoyados en su camino”.
Finalmente, la psicóloga María Isaura Reátegui, coordinadora del Voluntariado de Arteterapia del Hospital, dijo que este proyecto fue organizado en etapas para trabajar con niños de entre dos a doce años. Algunos de la Corporación del Niño Leucémico (Conile) y otros de quimioterapia ambulatoria. “Las voluntarias de Arteterapia los invitamos a que pudiesen soñar, crear un espacio más bonito, pensando en el lugar donde ellos quisiesen estar. Con esto se crearon historias asociadas a lo que los niños querían expresar. Eso se transformó y se lograron hacer estos murales con el fin de mostrar sus obras como realmente son y, obviamente, con su emocionalidad puesta en ello”.
Según la profesional, el proyecto duró aproximadamente 3 meses y los niños recibieron entusiasmados la propuesta. Luego de eso se crearon historias asociadas a lo que los niños querían expresar. Eso se transformó y se logró realizar estos murales para exponer las obras de los niños y niñas como realmente son: con su emocionalidad donde aparecía a veces el miedo, la frustración, la angustia y donde les ayudaba pensar en el mar, en los amigos, en delfines, en el agua. Se acordaban de situaciones agradables y con esos recuerdos obtenían bienestar.
Cabe señalar que el proyecto ha tenido muchas transformaciones y estas han sido participativas. El personal de salud de Hemato-Oncología Infantil también, en su momento, eligió colores y se pensaron muchas formas de hacer posible esta idea antes del resultado final.
Finalmente, María Isaura Reátegui recalcó que “es significativa esta obra porque son los trabajos de los niños, en un formato que permite traspasar la imagen genuina.
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