Alejandro Orrego Salcedo, Jefe carrera de Psicología Universidad Santo Tomás Temuco
La celebración del día del Amor y la Amistad es mucho más que un día comercial. El rito que acompaña a toda celebración es natural en nosotros, pues nos permite transmitir conocimiento, expresar emociones y fortalecer los vínculos. Por su parte, el amor es una emoción fuerte que anima y atraviesa toda la vida de la persona. Un saludo o un gesto especial, un obsequio o un tiempo compartido de manera especial que simbolice nuestro afecto por alguien no requiere de una fecha puntual, siempre será oportuno y gratificante; sin embargo, esta fecha estimula y motiva esas manifestaciones, especialmente en quienes tienen más dificultades con estas expresiones. A través de esta celebración muchas parejas, especialmente en la etapa adolescente, aprenden a manifestar este sentimiento, otorgan significado a la experiencia que les hace sentir que su amor es correspondido e incluso dan cierto sentido a sus propias vidas.
El amor no sólo es tema de la poesía, del arte o filosofía, la ciencia también se ha interesado y ha reunido evidencia suficiente para señalar los efectos saludables que tiene en el cuerpo y en la mente de las personas. Las neurociencias han revelado la participación que tienen la dopamina, noradrenalina, la serotonina y la oxitocina, en el establecimiento y fortalecimiento del vínculo amoroso. Desde la psicología, Robert Sternberg propone la teoría triangular del Amor y a través de ella identifica diferentes tipos de relaciones amorosas. Describe tres elementos axiales en esta emoción: Intimidad, entendida como la cercanía, la confianza y la conexión entre ambas personas; la Pasión, esa energía que le da intensidad a la experiencia, asociada comúnmente a la sexualidad; y el Compromiso, esa decisión de trascender juntos los buenos y malos momentos que caracterizan a la relación. La manera en se conjuguen estos elementos en la relación dará a la pareja un tipo de vivencia particular. Para el autor, lo ideal es un equilibrio entre estos tres elementos para conformar el Amor maduro o la realización del amor. En el ámbito de la educación, lamentablemente, poco se enseña y habla del amor si se considera la importancia y relevancia que tiene en nuestras vidas tanto por la felicidad que nos da cuando está presente como por el daño y el dolor que causa cuando falta. Tenemos una tarea pendiente.
Por eso hay que valorar esta celebración más allá de lo comercial y darnos la posibilidad de conocer un poco más sobre él y aprovechar la ocasión para abrirle nuestro corazón, pues como dice la canción de Alejandro Lerner “no hay pecado más terrible que no haber sentido amor”.
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