Trastornos de la conducta alimentaria en niños y adolescentes: síntomas a los que hay que estar alerta

Trastorno de Conducta Alimentaria A través de un enfoque multidisciplinario y del trabajo en equipo especialistas del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena tratan estas patologías en niños y adolescentes derivados al equipo de salud mental.

El aumento del estrés, la angustia, el aislamiento y la hiperconectividad a redes sociales pueden ser nocivas en etapas en las que se define la identidad, lo que ha contribuido a elevar significativamente las consultas asociadas a trastornos alimentarios en adolescentes chilenos durante la pandemia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ubicado a los Trastornos de Conducta Alimentaria entre las enfermedades mentales de prioridad para niños y adolescentes, dado el riesgo para la salud que implican.

Según indicó la médico psiquiatra y especialista en trastornos de la conducta alimentaria del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, Lilian Brand León, los llamados TCA son patologías que se caracterizan por una alteración de la persona en la forma de comer “por ejemplo dejar de comer, comer de manera más selectiva o por otra parte comer grandes cantidades de comida, con o sin conductas purgativas. Habitualmente los desórdenes alimentarios están acompañados de una preocupación excesiva por el cuerpo, por la comida y por el peso, pudiendo también haber una distorsión de la imagen corporal” puntualizó.

Equipo Multidisciplinario

Preocupados por el aumento de estas patologías, el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena cuenta con un equipo multidisciplinario, especialistas en TCA, liderado por la psiquiatra, una pediatra adolescentóloga, dos nutriólogas infantiles, un nutricionista y una psicóloga que atienden a niños y adolescentes con estos trastornos, quienes se reúnen semanalmente, para conversar sobre los casos y discutir temas administrativos.

El equipo trabaja en conjunto ya que, de acuerdo a la especialista, siempre es necesario realizar un trabajo multidisciplinario y coordinado con estos pacientes.

Dentro de los factores que pueden predisponer a trastornos alimentarios, es importante considerar la existencia de antecedentes familiares de psicopatología, en especial de trastornos alimentarios, igualmente, las formas en las cuales se maneja el tema de la comida y el cuerpo en la familia como en el contexto social o escolar del niño o adolescente. “Existen familias en las cuales también se habla mucho de la dieta, del cuerpo y del peso. Por ejemplo, que la mamá siempre esté a dieta, que varias personas en la familia hayan tenido problemas con el peso serían factores de riesgo ya que en la medida en que las familias tienden a poner el foco en el peso y aspecto es mucho más probable que los niños o niñas crezcan con una insatisfacción corporal”. Sin embargo, agregó la psiquiatra, “también existen factores individuales, como por ejemplo los niños o niñas con características de personalidad más rígidas, obsesivas o autoexigentes, así como factores estresantes ambientales, como situaciones de violencia, maltrato, bullying y duelos, entre otros que pueden predisponer o gatillar estas patologías de salud mental”.

La psiquiatra aclaró que “es importante que los padres, profesores y profesionales de salud estén atentos a las señales de un trastorno alimentario: cambios en la forma de alimentarse, rechazo a comer en público, con los amigos o familia, niños o adolescentes que siempre después de comer van al baño y por supuesto ante una baja de peso significativa”.

Diagnóstico y Terapia

Los trastornos alimentarios, históricamente, eran propios de la adolescencia y de la adultez, sin embargo, cada vez más y en especial luego de la pandemia se ha visto un significativo aumento en niños y niñas más pequeños.

En diversos países las cifras de este diagnóstico tuvieron un crecimiento exponencial, posterior a la pandemia llegando incluso a subir en un 100 por ciento.

En Chile probablemente estamos en cifras similares, y no solo han aumentado los casos sino que también han aumentado los casos graves y por ende las hospitalizaciones por trastornos alimentarios “creemos que el 1 por ciento de antes ya nos quedó chico” enfatizó la Dra.

Es necesario recalcar que los trastornos alimentarios habitualmente van asociados a otras comorbilidades o a otros diagnósticos, por lo que también es importante tener en cuenta si hay síntomas depresivos, aislamiento, irritabilidad y otros síntomas que es necesario evaluar y tratar con un equipo multidisciplinario.

El enfoque del equipo del HHHA busca, sobre todo, que el niño o niña tenga una mejor relación con el cuerpo, con la comida y consigo mismo, más allá de poner el foco exclusivamente en el peso que tenga.

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