El desarrollo corporal se basa en una serie de sistemas, órganos y aparatos que puedan vincularse de manera dinámica, coordinada y eficiente para un normal desenvolvimiento de las personas en sus desplazamientos, tareas y actividades.
Para llevar un registro preciso, seguro y cuidado del estado de salud corporal las diferentes disciplinas del área médica cuentan con herramientas, dispositivos, máquinas y evaluaciones que tienen como finalidad analizar, evaluar, medir y registrar cómo funciona el organismo. Desde huesos, músculos, articulaciones hasta los sistemas y cómo todos estos aspectos se integran entre sí.
En este sentido, dentro de todas las herramientas, proyectos y recursos que se encuentran a disposición puede mencionarse la escala de daniels. La misma se conoció por primera vez en 1946 de la mano de profesionales como Lucille Daniels, Marian Williams y Catherine Worthingham y se trata de una producción denominada “pruebas funcionales musculares: técnicas manuales de exploración”.
Puedes acceder a un desarrollo preciso, claro y dinámico acerca de las características, definiciones, parámetros y objetivos principales que se buscan con la implementación de dicha escala. Se trata de un test cuya utilización busca medir la fuerza de los músculos en el cuerpo de las personas. A su vez, se centra principalmente en aquellos pacientes que se encuentren con algún trastorno neuromuscular o lesión localizada.
¿Qué técnicas se emplean para medir la fuerza muscular?
Como se mencionó anteriormente, la escala de daniels se emplea para registrar el grado de contracción y movimiento muscular que logra efectuar un paciente. Para un análisis más exhaustivo se utilizan niveles que van del 0 al 5, los cuales se complementan con una serie de informes cualitativos para determinar el número que se le asigna al estado de situación de la persona en tratamiento.
Para ampliar con más detalles puede mencionarse que el valor 0 hace referencia a un músculo que no se contrae y padece una parálisis completa. La cifra 1 alude a una contracción del músculo pero sin movimiento. En el 2 hay contracción y movimiento muscular, sin embargo no se percibe resistencia ya que no cuenta con posibilidad el músculo de vencer a la gravedad.
Por el lado del nivel 3, hay movimiento del músculo únicamente en contra de la gravedad como resistencia. En la categoría 4 hay contracción y movimiento completo del músculo con amplitud y en contra de la gravedad, a la vez que tolera y supera una resistencia manual moderada. En el último nivel, el 5, además de la contracción y la movilidad amplia contra la gravedad, el músculo es capaz de tolerar una resistencia manual máxima.
Otra de las escalas y técnicas que pueden reconocerse para el análisis, registro y control muscular es la de Ashworth, empleada para medir la espasticidad. Se trata de un tipo de trastorno motor a raíz del incremento dependiente de la velocidad de reflejos de estiramientos tónicos que muestran tirones exagerados del tendón.
Dicha escala de Ashworth funciona a partir de medir la resistencia al movimiento de la extremidad en clínica. Sin embargo, no tiene la capacidad de diferenciar entre los componentes que son neutrales y no neurales en el aumento del tono.
Para una mejor lectura e interpretación también se emplean diferentes grados y niveles, que se expresan de la siguiente manera:
● 1 fi: no aumento del tono muscular.
● 2 fi: se registra un leve aumento cuando una parte se mueve en flexión o extensión.
● 3 fi: hay un aumento en el tono más marcado solamente después de que una parte se flexione.
● 4 fi: hay un aumento considerable del tono.
● 5 fi: el movimiento pasivo es difícil y la parte que se encuentra afectada permanece rígida en flexión o extensión.
La valoración muscular permite establecer parámetros sobre la fuerza y la función muscular como estructura componente del movimiento, la postura y las actividades de las personas, tanto de quienes tienen un desempeño normal como de quienes padecen algún tipo de lesión muscular.
Otra de las escalas que puede mencionarse es la de Lovett, que también se organiza en diferentes grados de análisis para su lectura y comprensión. En cuanto al 0 hace referencia a una ausencia de contracción, el 1 una contracción visible o palpable y el 2 un movimiento activo en todo el rango de movimiento articular sin gravedad.
Respecto al número 3 se registra un movimiento activo en todo el rango de movimiento articular contra gravedad. Por el lado del 4 es un movimiento activo completo contra la gravedad y se suma resistencia. Y por último, en el nivel 5, un movimiento activo contra gravedad y ante una resistencia máxima.
También puede reconocerse la herramienta de la escala de Cyriax con una serie de siglas que permiten describir diferentes estados de situación respecto a lesiones y conocer sus denominaciones puede brindarte un panorama informativo claro y simple. Las siglas que se utilizan son las siguientes:
● FSD: su significado es fuerte sin dolor, situación normal.
● FD: se refiere a fuerte con dolor y la presencia de una lesión menor.
● DSD: débil sin dolor con rotura completa de músculo/tendón.
● DD: débil con dolor y lesión importante.
● DTM: dolor en todos los movimientos e hipersensibilidad emocional.
● DRM: dolor al repetir movimientos y claudicación intermitente.
A su vez, otra escala es la de Oxford con una serie de grados que permiten describir diferentes estados de situaciones:
● Grado 0: ausencia de movimiento y contracción, parálisis total.
● Grado 1: débil contracción en la zona tendinosa, sin movimiento y parálisis parcial.
● Grado 2: movimiento en todo el rango de movilidad articular, sin gravedad, déficit de movimiento.
● Grado 3: movimiento en todo el rango de movilidad articular con gravedad y posibilidad de movimiento.
● Grado 4: movimiento en todo el rango de movilidad articular con presencia de gravedad y resistencia moderada, voluntario.
● Grado 5: movimiento en todo el rango de movilidad articular con gravedad y resistencia máxima, músculo normal.
La posibilidad de contar con el conocimiento de estas herramientas es una gran ventaja y te permite realizar actividades de manera más consciente, como por ejemplo, en la preparación y el estiramiento para entrenar. En conclusión, las técnicas y escalas son sumamente valiosas para el cuidado físico y el análisis de posibles lesiones.
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