A tres meses de la gran conmoción pública que generó el caso del triple homicidio de los carabineros Sergio Arévalo, Misael Vidal y Carlos Cisterna en Cañete, este lunes la policía uniformada logró capturar a tres de los cuatro presuntos homicidas. Sin embargo, aún queda un cuarto sujeto con orden de detención, Tomás Antihuen, quien escapó antes de ser arrestado por las autoridades.
En la primera audiencia de formalización de los tres imputados, la Fiscalía presentó detalles de la exhaustiva carpeta investigativa que busca esclarecer la dinámica del triple crimen ocurrido en abril. El fiscal regional de la Araucanía, Roberto Garrido, presentó una serie de pruebas para demostrar la participación de los acusados en el homicidio, destacando que el ADN de uno de los imputados juega un rol crucial debido a la ausencia de testigos presenciales.
La muestra de ADN sería de Tomás Antihuen, obtenida a partir de una lata de cerveza encontrada en un sitio eriazo en Cañete. Estos restos de saliva permitieron realizar un «match» biológico con uno de los casquillos balísticos hallados en la escena del crimen. “El análisis de perfiles biológicos, para identificar a los involucrados en un homicidio mediante ADN, es una herramienta fundamental en la criminología moderna”, asegura Anil Sadarangani, director de Innovación de la Universidad de los Andes.
Estas pruebas tienen una alta carga de certeza, por lo que sería difícil para la defensa cuestionarlas, aunque existen algunos detalles a considerar. “La confiabilidad de las muestras de ADN es alta, con una tasa de error estimada en 1 en 10 mil millones”, afirma el experto, y agrega: “La clave es evitar la contaminación y/o degradación de las muestras, por lo que es fundamental seguir estrictos protocolos de manejo y conservación”.
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