Académicos de la U. Autónoma de Chile publican hallazgos clave sobre salud mental en estudiantes de pedagogía

· En su fase diagnóstica, el proyecto identificó que hábitos como el sedentarismo, la alimentación poco saludable y el uso excesivo de pantallas se relacionan negativamente con el bienestar estudiantil.

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¿Puede un breve descanso activo durante una clase mejorar la concentración, la memoria y el bienestar emocional de los futuros docentes? Esa es la pregunta que impulsa el proyecto Docentia “Feliz-Mente”, una iniciativa liderada por el Dr. Felipe Caamaño y desarrollada por el Centro de Innovación y Desarrollo Docente de la Vicerrectoría de Aseguramiento de la Calidad de la Universidad Autónoma de Chile. Recientemente, el equipo investigador publicó su segundo artículo científico en una revista indexada en Web of Science (WoS), categoría Q2, consolidando el impacto académico de esta propuesta.

“El presente proyecto plantea una forma innovadora de demostrar que, a través de intervenciones didácticas de actividad física durante las clases teóricas (descansos activos), se puede potenciar positivamente el aprendizaje en el aula, a través de la mejora de la atención, concentración, memoria de trabajo y de la competencia de resolución de problemas”, explica el Dr. Caamaño, quien lidera la investigación junto a los coinvestigadores Dr. Carlos Arriagada y Dr. Gerardo Fuentes, ambos de la Facultad de Educación.

Además de abordar el diagnóstico de la salud mental en estudiantes de pedagogía, la iniciativa propone que este protocolo de intervención puede contribuir a reducir el estrés y la ansiedad, fortaleciendo así las herramientas cognitivas y emocionales necesarias para enfrentar los desafíos académicos y personales. “En este sentido, el presente proyecto considera de manera clara a la actividad física como una herramienta pedagógica y didáctica para mejorar parámetros cognitivos y de salud mental”, añadió el académico.

Funciones y salud mental

Consultado sobre las problemáticas específicas que aborda el proyecto “Feliz-Mente: Análisis de los beneficios de un modelo de intervención de descansos activos de actividad física sobre las funciones ejecutivas, resolución de problemas y salud mental en la formación inicial docente” (código FPINV_E01), el investigador recalca que la calidad educativa y el logro académico de los estudiantes representan un aspecto trascendental en la política pública de diversos países.

“Actualmente, la sociedad demanda que los estudiantes desarrollen habilidades cognitivas de orden superior que les permita resolver los problemas propios de una sociedad cambiante. Además, existe la necesidad de mejorar los niveles de salud mental de la población universitaria, la que es considerada una población vulnerable, especialmente en las variables de ansiedad y estrés”, dice el Dr. Caamaño.

En este contexto, las funciones ejecutivas y la salud mental cumplen un papel destacado en los procesos de toma de decisiones, implicando diversos aspectos cognitivos, psicológicos y psicosociales. Dado lo anterior, los enfoques basados en intervenciones a través de actividad física para mejorar las funciones ejecutivas y los niveles de ansiedad y estrés se transforman en un eje de particular interés para la Facultad de Educación.

Bienestar y neuroplasticidad

El proyecto se vincula estrechamente con el modelo educativo de la Universidad, orientado a formar profesionales competentes y con pensamiento crítico. En este marco, el desarrollo de habilidades cognitivas se vuelve esencial, y la neuroplasticidad emerge como un factor clave en la consolidación del aprendizaje y la adaptación intelectual.

Esta visión integral se complementa con políticas institucionales que promueven el bienestar estudiantil, generando entornos seguros que favorecen el desarrollo de capacidades, talentos y habilidades. Un eje central de estas políticas es la salud mental, abordada mediante acciones concretas que fomentan el equilibrio emocional y fortalecen la experiencia formativa.

“En su fase diagnóstica, el proyecto identificó una relación significativa entre el estilo de vida y la salud mental en estudiantes, evidenciando que hábitos poco saludables -como una alimentación deficiente, sedentarismo y uso excesivo de pantallas- impactan negativamente en la satisfacción personal y la calidad de vida”, alertó el Dr. Felipe Caamaño.

Actualmente, la investigación avanza con intervenciones en salas de clases, centradas en la actividad física como estrategia para potenciar las funciones ejecutivas. Estas acciones han demostrado efectos positivos en la resolución de problemas y en la salud mental, especialmente en variables como ansiedad y estrés. El investigador enfatiza que este enfoque responde a una necesidad urgente en la educación superior, donde las universidades enfrentan crecientes desafíos ante el aumento de casos severos de salud mental entre sus estudiantes.

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