A 14 kilómetros hacia el sur de Vilcún, en la región de La Araucanía, se encuentra el poblado de Codinhue, lugar con praderas verdes donde se siembra la tierra, se crían animales y viven comunidades caracterizadas por su resiliencia.
En ese lugar vive una niña de nueve años llamada Nathaly Hueñir junto a su familia, compuesta por su madre, padre y hermano pequeño (3). Aunque por fuera se vea como un núcleo familiar normal, hay un pequeño detalle que los diferencia del resto, Nathaly es una persona sorda.
“Después de muchos exámenes y pruebas en sus primeros años de vida, cuando mi hija cumplió tres fue diagnosticada oficialmente con hipoacusia profunda bilateral, lo quiere decir, que no puede escuchar por ninguno de sus dos oídos”, explicó Fernanda Sepúlveda, madre de la pequeña.
Nathaly es una de las 127.007 personas que viven en situación de discapacidad en la región de La Araucanía, de acuerdo a los datos revelados por el Censo 2024, y una de las 816 personas que tiene dificultad para oír dentro de toda la comuna de Vilcún.
Como muchas personas en su situación, ella y su familia se comunican en lengua de señas. Aunque hoy relacionan fluidamente, no siempre fue así, advirtió Fernanda.
“Nathaly comenzó a aprender lengua de señas a los cinco años y nosotros, su padre y yo, aprendimos junto a ella, pero no fue fácil”, explica su madre. Esto, debido al poco conocimiento y acceso que se tiene en la comuna y en la región sobre este lenguaje.
Si bien, al inicio hubo mayores obstáculos, debido a la lejanía de grandes ciudades que concentran servicios de salud y educación diferencial, ella y su familia encontraron en el Colegio América de Vilcún el apoyo que necesitaban para obtener nuevas herramientas.
La educadora diferencial, Natalia Jara, y la técnico en educación diferencial, Carmen Curihuil, contribuyeron en la educación de Nathaly, al igual que los talleres ofrecidos por Fundación Fútbol Más, organización que hace 18 promueve el bienestar de la niñez a través del juego y el deporte.
Adaptar el deporte para transformar su realidad
La ONG chilena está presente en la región de La Araucanía gracias al apoyo de CCU, quienes hace dos años trabajan bajo el programa Escuelas en dos establecimientos educacionales. Se trata del Colegio América, ubicado en Vilcún, y el Liceo Los Castaños de Pillanlelbún, comuna de Lautaro.
El trabajo realizado por la fundación en ambos colegios se basa en tres pilares fundamentales: trabajar dentro de la clase de educación física, impactar en toda la comunidad educativa y crear nexos con otros establecimientos. Dentro de este último, destacan los encuentros sociodeportivos, donde una escuela visita a otra y compiten sanamente en un partido de fútbol.
Fue en uno de esos encuentros en los que Nathaly, a sus nueve años, jugó por primera vez al fútbol junto a todos sus compañeros de clase.
De acuerdo a las palabras de Fernanda Sepúlveda, su hija siempre se ha caracterizado por ser una niña alegre, con energía y motivación. Cualidades que, hasta mayo de 2025, había destinado para hacer actividades culturales y artísticas, pero no deportivas.
Sin embargo, todo cambió cuando fue seleccionada para participar de su primer partido de fútbol en un encuentro sociodeportivo contra el Liceo Los Castaños de Lautaro.
Esta selección hecha por el tutor deportivo de Fútbol Más, Rodrigo Saihueque, se basó en la cantidad de tarjetas verdes que cada niño y niña adquirió durante los primeros meses del año. Con esta herramienta pedagógica, creada y utilizada por Fundación Fútbol Más, se busca destacar las actitudes positivas que los niños y niñas tienen con sus compañeros y su comunidad.
Fue así, que el 12 de junio a las 9:00 horas, Nathaly Hueñir y sus compañeros de tercero básico jugarían en el partido más emocionante que ha vivido el Colegio América.
“Ese día Nathaly estaba súper nerviosa y ansiosa por jugar, pero lo hizo igual debido a la adaptación que ideó Fútbol Más”, explica Carmen Curihuil, técnico en educación diferencial del Colegio América y tutora sombra de Nathaly.
El equipo de Fútbol Más en la región de La Araucanía, liderado por Caroline Fica, junto al apoyo de Katherine Carrasco, coordinadora de Innovación y Metodología de la ONG, crearon una metodología para que Nathaly pudiera participar del partido junto a todos sus amigos.
A través de un smartwatch puesto en la muñeca de Nathaly y comandado desde el teléfono de Caroline Fica, la coordinadora regional de Fútbol Más hacía vibrar el reloj cada vez que la niña iba a recibir un pase o hacer una celebración. De esta manera, ella miraba a su tutora sombra, quien le daba las instrucciones correspondientes fuera de la cancha.
“Ese partido fue maravilloso, no solo porque Nathaly pudo participar sino porque todos sus compañeros, y el equipo rival, se adaptó a ella”, recalca Caroline Fica.
De acuerdo a las palabras de la coordinadora regional, durante el tercer tiempo del partido implementaron el desafío de jugar en silencio. “Todos empatizamos con Nathaly, fuimos uno más con ella, donde destacamos las celebraciones de gol y el aliento de las barras, ya que celebraron en lengua de señas”, agrega Fica.
Al preguntar a Nathaly por su experiencia jugando fútbol, ella destacó la alegría que sintió por practicar un nuevo deporte. Pero, en especial, le gustó mucho poder participar en igualdad con todos sus amigos.
“Ese día ella estaba contenta y nerviosa, pero se sintió bien porque se pudo comunicar mediante señas con otras personas que no conocía. Además, le aplaudieron en este mismo lenguaje, lo que la alegró demasiado”, interpretó Natalia Jara, educadora diferencial del Colegio América.
El 12 de junio Nathaly Hueñir fue premiada y destacada como «Jugadora de Oro 2025», reconocimiento que destacó su motivación y actitud dentro de la cancha. Gracias a esto, hasta el día de hoy, la niña de nueve años recuerda con emoción su primer partido junto a Fútbol Más.
Así como Nathaly, son muchos más niños y niñas con capacidades diferentes que día a día deben aprender y trabajar por incluirse en una sociedad que muchas veces los invisibiliza. Pero, como mencionó Fernanda Sepúlveda, no son ellos quienes deben adaptarse a la sociedad, es la sociedad que debe trabajar por adaptarse a ellos y a su realidad. En este caso, Fundación Fútbol Más, con el apoyo de CCU, logró adaptarse a ella y transformar su realidad a través del juego y el deporte.
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