Según datos del Hospital Clínico Universidad Mayor, tanto sus especialistas como el servicio de urgencia del centro asistencial, incrementan sus prestaciones por enfermedades respiratorias en un 20 por ciento en la época invernal. El año 2010, se atendieron más de 5.000 consultas de este tipo, especialmente de enfermedades que comprometen las vías respiratorias denominadas bajas.
“Las bajas temperaturas, la humedad y una condición especial de la capital regional, como lo son las altas emisiones de material particulado por el uso de leña y que contaminan el aire, afectan principalmente a los pequeños menores de dos años y a la tercera edad”, señaló el director médico del Hospital Clínico Universidad Mayor, Dr. Jaime Horta.
El facultativo explica que las enfermedades respiratorias ocurren cuando las personas se exponen a microorganismos ambientales, debido al fenómeno de ventilación del cuerpo humano que –desde las vías aéreas, como lo son la nariz y la boca– trasladan masas de aire hasta los bronquios.
En la mayoría de los casos estas infecciones no son peligrosas, como sucede con el resfrío común o influenza, pues no comprometen la vida de las personas, no obstante, por su elevada frecuencia, éstas tienen un acto impacto en las familias al provocar ausentismos escolares y laborales y cambios, por ende, en la rutina familiar.
Por otra parte, en algunos casos estas enfermedades llegan a ser muy graves, como lo demuestra el hecho de que las infecciones respiratorias son la primera causa de muerte entre las enfermedades infecciosas, especialmente en los grupos más sensibles por edad. La gravedad, cabe señalar, depende además de las condiciones generales del paciente como alergias, asma, bajas defensas, entre otras.
Si bien el resfrío común puede enfrentarse con cuidados desde el mismo hogar, como ingerir abundante líquido, evitar cambio de temperaturas, entre otros; hay otras patologías derivadas que requieren de tratamiento médico. “Bronquitis, faringitis, neumonías, tos crónicas o el conocido virus sincicial respiratorio (VRS) no pueden ser tratadas desde el hogar, pues requieren de prescripción de medicamentos específicos para cada una de las enfermedades y tipos de pacientes”, declara Horta.
El VRS especialmente, cuyos síntomas son muy similares a los del resfriado común, puede ser grave en el caso de los bebés, niños menores de 5 años y ancianos. El VSR es una infección que aunque compromete la vía aérea superior, puede complicarse y provocar una bronquiolitis que es una afección de la vía aérea inferior. En este último caso, ésta puede adquirir una particular gravedad en lactantes menores, siendo causante de la gran mayoría de las hospitalizaciones, de las consultas a los pediatras y del flujo de pacientes en las salas de emergencia.
Dado que la prevención siempre es el primer paso, el director médico del Hospital Clínico Universidad Mayor recomienda:
– No exponer innecesariamente a los lactantes y niños pequeños a lugares con aglomeración de personas.
– Evitar someter a los pequeños a cambios bruscos de temperatura.
– Evitar espacios en que se perciba humo de tabaco.
– Evitar exposición a otros contaminantes ambientales.
– No someter a los niños a excesivo abrigo o calor ambiental.
– Aplicar las vacunas que se consideren por los programas de inmunización vigentes.
– Consultar a médico o servicios de urgencia si los lactantes presentan respiración agitada con aumento de la frecuencia o dificultosa, quejido, fiebre persistente con o sin síntomas respiratorios.
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