A través de estos módulos se pretende validar la tecnología y presentarla como una alternativa en la Provincia de Malleco, con el fin de apoyar las necesidades de agua que enfrenta la Agricultura Familiar Campesina (AFC). Si bien no es una solución completa a la falta de agua, se transforma en un complemento para el desarrollo de la AFC en pequeñas superficies, permitiendo disponer del vital elemento en períodos críticos o bien aumentar la superficie productiva.
En la Parcela San Ramón, sector Radalco de la comuna de Curacautín, se llevó a cabo el lanzamiento de un importante proyecto territorial ejecutado y financiado por INIA Carillanca y que permitió inaugurar un módulo de cosecha de aguas lluvia, que será de mucha utilidad para los productores Samuel Aguayo y Amelia Vallejos, en un contexto de déficit hídrico. En la actividad participaron autoridades regionales y comunales, liderados por el alcalde de la citada comuna, Jorge Saquel y la Directora Regional de INIA Carillanca, Ivette Seguel, además de profesionales y productores.
Según lo informado por la coordinadora del proyecto, la investigadora Ma. Gabriela Chahín, éste fue definido para la Provincia de Malleco, beneficiando a las comunas de Victoria, Traiguén y Curacautín. El objetivo de dicha iniciativa es la transferencia de tecnologías para ser aplicadas en el sistema ganado cultivo, de acuerdo a las necesidades determinadas en conjunto con los agricultores, extensionistas y asesores del territorio involucrado.
Transferencia de tecnología que fue valorada por el alcalde de la comuna. “La presencia de INIA en Curacautín es muy importante, sobre todo si las instituciones se articulan y pueden ser un motor para avanzar unidos en el desarrollo de nuestros agricultores, quienes finalmente mejorarán su calidad de vida en el campo”, indicó Saquel.
“La propuesta incluye a productores pequeños, medianos y grandes, con el objeto de dar representatividad, integración, continuidad e impacto al programa. Por medio de este proyecto INIA Carillanca marca presencia en el territorio, entregando el conocimiento que permite mejorar la competitividad de los agricultores. La iniciativa partió el 2014 definiendo una línea base clara con las necesidades reales de los usuarios, realizando capacitaciones teóricas y en terreno, mediante visitas técnicas y talleres a los predios, implementando sitios demostrativos para incorporar tecnologías donde los agricultores y extensionistas trabajarán básicamente bajo un modelo de aprender haciendo”, dijo Ivette Seguel de INIA.
Las tecnologías a transferir durante la ejecución completa del programa tiene que ver con uso de semilla de calidad de cereales y leguminosas, manejo agronómico (fecha de siembra de acuerdo a variedad, control de malezas, fertilización, control de plagas y enfermedades y riego), alimentación y manejo sanitario de ganado y uso de registros productivos y genealógicos. Establecimiento y manejo de praderas, cultivos suplementarios para la producción de carne (ovina y bovina).
Cosecha de aguas lluvia.
Dentro de este contexto se establecieron 3 módulos de cosecha de aguas lluvia en las comunas definidas, innovadora tecnología que puede aplicarse en beneficio de los agricultores para enfrentar la escasez de agua. Una herramienta usada hoy con fuerza entre las regiones de O’Higgins y El Maule, con el apoyo de INIA.
Lo anterior es de importancia vital, ya que el cambio climático en el ámbito agrícola está afectando con mayor intensidad la disponibilidad de agua para regar cultivos y tener agua de bebida para animales. “A través de estos módulos queremos validar la tecnología y presentarla como una alternativa en la Provincia de Malleco, con el fin de apoyar las necesidades de agua en la Agricultura Familiar Campesina (AFC). Si bien no es una solución completa a la falta de agua, se transforma en un complemento para el desarrollo de la AFC en pequeñas superficies, permitiendo disponer del vital elemento en períodos críticos para usarse como agua de bebida de sus animales y/o mantener un cultivo de hortalizas para consumo familiar”, señaló Ma. Gabriela Chahín de INIA.
Frente a este escenario, para los productores Samuel Aguayo y Amelia Vallejos, la cosecha de aguas lluvia y la experiencia de INIA es una oportunidad para la comuna de Curacautín y la provincia. “Nosotros hemos visto los resultados con esta tecnología y podemos dar fe que cuando las cosas se hacen bien, tenemos buena orientación, los sueños se cumplen”.
En tal sentido, se espera buscar instancias conjuntas para materializar la idea y ayudar en el tema de escasez de agua, un nudo que hoy enfrenta la agricultura de la región. Mientras tanto ya se cuenta con estos tres módulos financiados por este proyecto territorial donde se validará esta tecnología y que a la vez sirvan de modelo para que sean implementados en otros lugares de la región.
Considerando que el agua es un recurso cada vez más escaso, no hay duda que la colecta de lluvia, que es un agua limpia y gratuita, brinda una oportunidad para paliar en parte los estragos que produce en déficit hídrico en la agricultura regional.
Según lo señalado por la investigadora, Ma. Gabriela Chahin, el costo de instalación de un sistema recolector, almacenaje y un invernadero con riego tecnificado, alcanzó a un valor cercano a 1,2 millones de peso.
“Tenemos muchos desafíos que enfrentar, pero existe un compromiso ministerial de seguir avanzando y entregar un fuerte apoyo a la pequeña agricultura, para avanzar juntos en equidad. Este proyecto es una prueba que las cosas se pueden hacer bien, cuando se articulan instituciones y equipos de trabajo”, dijo finalmente Eduardo Figueroa, Director Regional del SAG.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país.
Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario.
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