El llamado de la Superintendencia de Educación, a reflexionar y actuar en torno al Mes de la Infancia.
Durante agosto se celebra en Chile el Mes de la Infancia. Pero más allá de lo que impone el mercado haciendo de éste un día de consumo, la reflexión debe ser más profunda, tomando como referencia el verdadero sentido de esta fecha.
En este marco, cobra importancia hacer un repaso de, como sociedad, qué estamos haciendo en cuanto al respeto de los derechos de las más pequeñas y pequeños de nuestra Región.
Existe una serie de decálogos sobre los derechos de la infancia, sin embargo, si estas letras no salen del discurso y no se transforman en acción, poco sirven. Así lo afirmó el Director Regional de la Superintendencia de Educación, Profesor Guillermo Vásquez, quien destacó que este servicio público, que es parte del Sistema de Aseguramiento, tiene como una de sus misiones, garantizar las condiciones para que niñas y niños reciban una educación de calidad e inclusiva.
Según un decálogo publicado por el Servicio Nacional de Menores, Sename, uno de los derechos de todo/a niño/a es recibir educación y tener los materiales que requiere para estudiar. Este punto está directamente relacionado con algunas de las funciones de la Superintendencia de Educación, como es fiscalizar el cumplimiento de la normativa educacional y la legalidad del uso de los recursos de los establecimientos subvencionados; atender denuncias y reclamos formulados por los miembros de la comunidad educativa y proporcionar información a la comunidad escolar, entre otras.
“La Superintendencia de Educación trabaja decidida y comprometidamente en resguardar los Derechos Educacionales de todos los niños y niñas de nuestra Región, con el propósito de entregarles una educación digna, de calidad e inclusiva, que se manifieste en escuelas seguras, con infraestructura acorde a las necesidades y con los materiales necesarios para desarrollar la labor pedagógica”, explica Guillermo Vásquez.
MULTICULTURALIDAD
En este apartado, Vásquez enfatiza que las comunidades educativas deben promover y construir un ambiente de buena convivencia escolar entre sus miembros, que propicie el aprendizaje, pero sin dejar de considerar el contexto multicultural que caracteriza a esta Región.
“Deben respetarse las tradiciones del pueblo mapuche, relevando su lengua y su cultura, compartiendo el conocimiento de los niños que provienen de estas familias, y no invisibilizar sus costumbres”, comenta el Director Regional de la Superintendencia de Educación.
En la misma línea, está el derecho infantil de decir lo que se piensa y siente, ligado a los derechos individuales y de formación de la personalidad e identidad. “Niñas y niños deben tener una educación inclusiva, donde se respete su derecho a opinar y que se consideren sus creencias, independiente del color de piel, religión, lugar donde vive o condición física”, argumenta Vásquez.
Así también, el derecho a ser protegido, que nadie maltrate a un niño, hiera sus sentimientos, es decir, que las escuelas asuman la responsabilidad de la integridad física y sicológica de niñas y niños, liderando un trabajo colaborativo con las familias en materia de prevención ante accidentes, situaciones de maltrato o agresión sexual. Vásquez aseguró que ello “debe materializarse a través de un protocolo de acción con el cual el establecimiento actúe ante un evento de estas características, que sea debidamente informado a toda la comunidad escolar, y donde la comunidad escolar asuma que una buena convivencia escolar, es tarea de todos”, afirma.
LLAMADO A LOS PADRES
En tanto, la Jefa Regional de la Unidad de Fiscalización de la Superintendencia de Educación, Fresia Aguilera Cea, afirmó que, aunque el área que dirige por expreso mandato es quien debe velar por el cumplimiento de la normativa en los establecimientos, los padres y apoderados deben estar siempre atentos a las condiciones en las cuales se desenvuelven sus niños al interior de las aulas.
“Desde el momento que los padres hacen uso del derecho de la educación para sus hijos, sentimos que pasan a constituirse en los primeros fiscalizadores del sistema educacional, ya que al conocer y comprometerse con el proyecto educativo institucional del establecimiento elegido, determinan el desarrollo integral de sus hijos en diferentes ámbitos: intelectual, moral, social, religioso, afectivo, cultural, entre otros”, ratifica Fresia Aguilera.
Añade la profesional que, por tanto, es relevante y muy importante la responsabilidad que estos asumen, “ya que sus niños y niñas pasan a ser el actor principal del sistema educativo y en la comunidad escolar que ellos integran, la que debe convivir en forma armónica, en un ambiente fraterno, respetándose mutuamente ya que todos los actores debemos resguardar los derechos y comprometernos con los deberes que debemos cumplir cada uno”.
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