Autopsia revela que carabineros asesinados fueron ejecutados con balazos en cara y tórax

Aun cuando ningún grupo se ha atribuido el atentado que terminó con tres funcionarios de Carabineros de Chile muertos por disparos y luego calcinados, las sospechas apuntan a grupos que operan en la comuna de Cañete que –en la provincia de Arauco– vieron una oportunidad para llevar adelante negocios ilícitos como el robo y blanqueo de automóviles, el tráfico de madera y el narcotráfico.

Nuevos antecedentes se dieron a conocer tras los resultados de la autopsia a los tres carabineros asesinados en el sector Antiquina de Cañete la madrugada del 27 de abril, en los que se revela que los uniformados presentaban disparos a la cara y al pecho, en una ejecución a sangre fría de inusitada violencia.
Como consigna Radio Biobío en su sitio web, los hechos inician luego de que los tres carabineros concurrieran a la casa de Carlos Edgardo Antihuen Riquelme, para verificar el cumplimiento de medidas cautelares del imputado en una causa relacionada a la ley de drogas por cultivo e infracción a la ley de armas.
Este trayecto, que habría sido reconocido como habitual por Carabineros, pudo dar pie a los atacantes para la planificación del atentado. Los carabineros Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid se dirigieron a ese punto, ubicado en dirección al sur por la ruta principal que une Cañete y Tirúa, donde debían desviarse en un camino interior para llegar al domicilio de Carlos Antihuen, el cual tendría por característica un difícil acceso y escasa señal de internet.
Ahí habría sido que se produjo el ataque, a unos seis kilómetros de esa misma vía, ello por evidencia encontrada en el lugar por los investigadores: sangre y casquillos balísticos, que al parecer denotan una ejecución en una emobscada donde no hubo enfrentamiento.
La autopsia
Según detalles de la autopsia se determinó que la causa de la muerte de los tres carabineros fue traumatismo faciocráneo encefálico, torácico y politraumatismo, por armas de fuego, como lo había adelantado el fiscal nacional Ángel Valencia. Descartándose la teoría de que podrían haber sido quemados vivos, incineración que fue posterior a este ataque.
Carlos José Cisterna fue asesinado de un disparo al tórax; Sergio Antonio Arévalo Lobo, presentó disparos en varias partes del cuerpo; mientras Misael Magdiel Vidal Cid, sufrió un traumatismo faciocráneo, donde un proyectil balístico le pegó en la cara, atravesó su cráneo y dañó su cerebro.
Tras el ataque, los antisociales sustrajeron los chalecos antibalas, dos subametralladoras uzi y municiones de los uniformados, para luego –según presumen los investigadores– conducir la camioneta policial para dejarlo en el camino Cañete-Tirúa, en el sector Quilaco Bajo, cercano al sector poblado de Antiquina.
Con los cuerpos de los tres carabineros en el pick up de la camioneta, prendieron fuego y efectuaron disparos en el lugar, el que habría sido escogido por la gran cantidad de caminos interiores existente en el sector.
Aun cuando ningún grupo se ha atribuido el atentado que terminó con tres funcionarios de Carabineros de Chile calcinados, las sospechas apuntan a los grupos que operan en la misma zona de la comuna de Cañete: Weichán Auka Mapu (WAM), la Resistencia Mapuche Lavquenche (RML) y también a descolgados de los mismos que –en la provincia de Arauco– vieron una oportunidad para llevar adelante negocios ilícitos como el robo y blanqueo de automóviles, el tráfico de madera y el narcotráfico.

Cabe destacar, que a este hecho que ha conmocionado a todo el país, se suman otros ataques recientes en la macrozona sur que incluye la Región del Biobío y La Araucanía, con quemas de maquinarias en la comuna de Lautaro, y un ataque a militares en Púa, entre las comunas de Ercilla y Victoria, que terminó con un joven comunero baleado por partes de los uniformados al intentar un atropello para evitar fiscalización.

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