“El arte de hacer zapatos de huaso”

El arte de hacer zapatos de huaso

Lleva alrededor de 40 años confeccionando zapatos, primero, como aprendiz en una fábrica en Temuco y luego instalándose con su propio negocio en Gorbea. Según Dagoberto Martel, ganador de Capital Semilla Emprendimiento de Sercotec y uno de los pocos fabricantes artesanales de zapatos de huaso que queda en la región, confeccionar zapatos es un oficio que hay que cuidar y enseñar a otros ya que se trata de una actividad que está prácticamente en extinción.

Orgulloso de su trabajo, Dagoberto cuenta que sus creaciones son hechas con diseños exclusivos y con los mejores materiales, todos cueros naturales de oveja y vacuno, convirtiendo cada par de zapatos en una verdadera obra de arte. “Los zapatos que yo hago son únicos, de una calidad óptima ya que se hacen sólo con materias primas naturales, nada de lo que utilizo es sintético, por eso a la gente le gusta tanto lo que hago, además todas las costuras son hechas de forma manual, a diferencia de lo que se vende en el comercio”, asegura.

Zapatos de Huaso

La especialidad de Dagoberto son los zapatos de huaso, los que confecciona con gran dedicación ya que no se trata de un zapato cualquiera, “el zapato de huaso lleva un taco de cinco a seis centímetros y tiene que ser muy bien hecho ya que debe dar seguridad al calzar, por eso es un zapato reforzado para que el huaso pueda trabajar sin problemas con él en la montura”, explica el artesano.

Cada calzado lleva el sello de su creador ya que él se esmera en trabajar diseños únicos, trabajando todo de manera artesanal. “La idea es que cada par de zapatos tenga un diseño propio, por eso este oficio es un arte, porque cada uno de los zapatos que yo hago lo trabajo como si fuera una pieza única” asegura orgulloso.

Así Dagoberto se dedica a crear y luego va por distintos pueblos de la región ofreciendo sus zapatos. Cuenta que rara vez ha vuelto con algún par ya que sus productos son muy bien recibidos.

Capital Semilla

Entre sus anécdotas, este zapatero cuenta que el año pasado estuvo a punto de perderlo todo, ya que fue víctima de un cuantioso robo, que lo dejó sin máquinas y sin materiales para trabajar. Fue entonces cuando supo del Capital Semilla Emprendimiento de Sercotec, concurso al que postuló con mucha fe. “Un mes antes de ganar el concurso me habían robado todo, y gracias al Capital Semilla de Sercotec pude levantarme, comprar maquinaria, hormas y materias primas, realmente fue algo caído del cielo”.

A través de este proyecto, además de sus tradicionales zapatos de huaso, Dagoberto comenzó a dedicarse a la confección de zapatos especiales, para personas con problemas en los pies, como deformidades o personas diabéticas.

Para él, una de las principales preocupaciones es poder enseñar su oficio a otras personas para que este arte tan tradicional no se pierda. “Espero tener la oportunidad más adelante de realizar talleres y cursos para que quienes trabajamos en esto podamos entregar nuestros conocimientos a otras personas y así evitar que este arte se pierda en el tiempo”.

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