Gloria Martínez, Directora de la carrera de Psicología de la Universidad Mayor, entrega tips para enfrentar el nuevo año.

 

clip_image002

Salir de vacaciones es sin duda uno de los mayores agrados del ser humano, el momento más esperado del año y donde hombres, mujeres y niños, comparten con familia y amigos. Entonces, cómo retomamos las rutinas después de vivir semanas de descanso. Gloría Martínez, Directora de la escuela de Psicología de la Universidad Mayor de Temuco, entrega tips para enfrentar este proceso.

¿Cómo recuperamos las rutinas “suspendidas” en verano?

Las rutinas deben recuperarse lentamente, después de las vacaciones viene un necesario proceso de adaptación a las demandas laborales y/o actividades cotidianas durante el año, no asociadas al descanso.

Es importante asumir que no resolveremos todo inmediatamente, que se estará un poco más lento en el ritmo de respuesta laboral o estudiantil. Hay una adaptación que no es menor en distintos niveles: corporal, ritmo de sueño, comidas, distención, capacidad atencional, etc.

Entones, ¿qué podemos hacer para que este regreso sea lo menos traumático posible?

Es necesario asumir que así como costó desconectarse, requerimos un período de nueva conexión. Es conveniente evitar las autoexigencias en temas como capacidad rápida de redacción, mantener la atención, lectura o análisis de datos por nombrar algunos tópicos. Esto se traduce en que paulatinamente, se debe incorporar los hábitos asociados a la vida laboral: hora de sueño, hora de levantarse u organizaciones logísticas, por nombrar algunas.

¿Con cuánto tiempo de anticipación debemos empezar a recuperar las rutinas?

Se requieren 2 semanas para retomar el ritmo laboral en su nivel óptimo. Es bueno evitar el stress que genera la dificultad de adaptación a las nuevas rutinas, asumiendo que son parte de un proceso normal y necesario para obtener nuestro rendimiento ideal durante el año.

Y por último, ¿qué rutina usted recomienda para facilitar la adaptación?

Ideal es partir por ir variando las horas de sueño, comenzar a acostarse temprano. Los adultos deben dormir un promedio de 8 horas diarias y los niños 10.

Sé el primero en comentar

Deja un comentario