Académico de la Universidad Santo Tomás Temuco reflexiona sobre este proceso y entrega algunas sugerencias.
Para muchos, el término de las vacaciones veraniegas, implica la vuelta al mundo laboral. Y esto significa dejar atrás la luz solar, las cálidas temperaturas y los espacios abiertos, y pasar a la luz artificial, las temperaturas más bajas y a la rutina laboral en espacios cerrados.
“Por tanto, volver al trabajo puede resultar muchas veces poco motivante y frustrante, en particular si el ser sigue pidiendo descanso, si extrañamos a nuestros seres queridos, si nuestro puesto de trabajo es demandante y si tenemos un clima laboral complejo”, comenta el psicólogo Rodrigo Atallat, de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás. Si algo de lo recién mencionado se aplica a nosotros – dice- tal vez algunas de las siguientes sugerencias puedan sernos de utilidad.
En primer lugar, en el ámbito personal y familiar, señala el profesional, es necesario hacer de este proceso una superposición de etapas, donde no opere el “borrón y cuenta nueva”.
“Nosotros podemos conservar elementos gratos de la etapa anterior, que aunque puedan disminuir en frecuencia e intensidad, no tienen por qué desaparecer. Ejemplos de ello son caminar entre la casa y el trabajo, exponernos a la luz solar que todavía es abundante, generar salidas románticas con la pareja, salir con los niños a un parque antes de que anochezca, y dormir todo lo que podamos. Si el ciclo de sueño se altera, aparecen efectos biopsicológicos no deseados”, expresa.
El psicólogo agrega que en el ámbito social y de manera casi natural, comentar nuestras vacaciones con otros nos ayuda a “recordar lo bueno de ello, y por tanto, a que nuestra mente y cerebro se enfoque en lo positivo, reforzándose así la valoración de estos momentos. Esto se incrementa cuando revisamos y compartimos con otros, los testimonios de nuestras aventuras: fotografías, videos, souvenirs, etc”.
Para el profesional, tener descansos autorizados de 5 a 10 minutos en el trabajo ayuda a liberar tensiones, genera camaradería y disminuye la posibilidad de que se generen condiciones asociadas al estrés. “Si no liberamos tensiones, vamos creando las condiciones para el malestar biopsicológico”, añade.
Abordar uno a uno “lo pendiente”, priorizando, ayuda a disminuir la ansiedad frente a la tarea. “Darle vida a nuestro espacio de trabajo, decorándolo con plantas y objetos de colores alegres, no sólo alegran nuestro entorno laboral, sino que promueven una mejor oxigenación en el mismo”.
Por último, el psicólogo de la UST Temuco señala que en el trabajo es importante rodearse de personas positivas, para mantener una actitud adecuada hacia el trabajo y las relaciones.
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