No conozco personalmente a la señora Carolina Goic, abanderada de la Democracia Cristiana y menos a su marido Christian Kirk. Tampoco comparto las ideologías de ese Partido Político. Pero, hay algo que me ha sorprendido de sobre manera. He visto la cobardía de la cúpula política de ese partido, que ahora, quiere destruir al marido de Carolina. Por el contrario, como hombre ¡lo felicito!, por defender a su señora, por defender la esencia de la Democracia Cristiana, por defender sus principios.
Este domingo 30 de julio, recién pasado, hemos visto como un Senador de la República de la Democracia Cristiana, en un programa de televisión, haciendo gala de su extraordinaria elocuencia política, les dijo a todos los chilenos que su partido – con 80 años de existencia – era capaz de hacer pactos con quien fuera necesario. No lo dijo tal cual, pero eso es lo que se entendió claramente. Uno de los panelistas le expresó que la Democracia Cristiana, parecía un partido político sin problemas para hacer una alianza instrumental o por conveniencias y, de ser necesario, capaz de pactar con Dios y con el diablo. Él respondió que se podía pactar con cualquiera, sin renunciar a sus convicciones. Como diría Condorito, ¡Plop!
Así las cosas, a solo dos días de esa entrevista, la cúpula de la Democracia Cristiana, hoy, con un total abuso de poder, condena al esposo de Carolina Goic. Ya no sólo se contentaron con no apoyarla, manipularla y aislarla. Si no que también pretenden – con su elocuencia política – hacernos creer que el marido de Carolina Goic, está equivocado. Que fue grosero e imprudente. Si fueron capaces de salvar al Diputado Ricardo Rincón, quien golpeó brutalmente a su ex pareja, es muy probable que hoy nos convenzan de que la valentía de Cristian Kirk, no es tal y por lo tanto Rincón sería el Valiente y Kirk, el cobarde.
Algo muy fácil para ellos, sólo se trata de transar con los principios, o actuar acomodaticiamente con respecto al valor a defender. Todo está, en si les conviene o no.
Señor Christian Kirk, concuerdo plenamente con usted, “algo huele mal en la cúpula de la Democracia Cristiana”. Y usted, huela muy bien. Actuó como hombre, como esposo, como padre de familia. Siéntase orgulloso de ello y sus hijos también. No lo convenzan de lo contrario. Eso sería transar con sus principios, eso sería convertirlo en un cobarde. Hoy, “MÁS QUE NUNCA”, necesitamos una sociedad sana y con principios claros. Duerma tranquilo. Aunque políticamente hizo lo incorrecto, no trance con lo peor de la política; esa capacidad de convencernos que los valores son relativos y que todo depende de lo que se quiere lograr.
En lo particular, habría actuado de igual forma. Jamás permitiría que un equipo de transitorios empoderados, que hoy se creen dueños de la verdad, traicionando los valores que sustentan y haciendo gala de su mala educación se ensañen, pública, privada o políticamente con una mujer.
Christian Slater Escanilla.
Coronel en retiro del Ejército de Chile.
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