Seremi de Agricultura Alberto Hofer y profesionales realizan gira técnica con Inia Quilamapu para evaluar nuevas alternativas de siembra cero labranza y disminución de quemas agrícolas.
En la comuna de Coihueco, Santiago Lagos, lleva más de 50 años trabajando la agricultura tradicional de remolacha y trigo, siendo un convencido que haciendo bien las cosas y con riego tecnificado se puede obtener buenos resultados.
Actualmente su rentabilidad es de 135 toneladas de remolacha limpia por hectárea aproximadamente, pero con un importante componente: “La rotación” ¿Por qué? “Porque si Ud. siembra trigo 2 años seguidos se enferma el trigo, si siembra 2 años remolacha se enferma la remolacha, estamos obligados a una rotación, incluso dura más la humedad y no queda la tierra pelada, se aprovecha el riego y es más limpio… Yo compre unas maquinarias e invertí, aquí no quemamos nada, porque todo se incorpora, nosotros hemos visto que estamos enriqueciendo la tierra en vez de empobrecer, y rinde mucho más”.
En ese contexto Seremi de Agricultura Alberto Hofer, más un grupo de profesionales de La Araucanía se contactaron con el investigador de Inia Quilamapu Carlos Ruiz junto a otros investigadores, para conocer estas experiencias exitosas de la región del Biobío respecto a la incorporación de rastrojos en algunas siembras.
En la comuna El Carmen se trabaja con el Grupo de Transferencia Tecnológica (GTT) “Manejo de Rastrojos”, el agricultor Francisco Campos es uno de los que con maquinaria avanzada tiene cultivos de trigo comercial en secano, eliminando las quemas agrícolas.
Alrededor de 10 años realiza cultivos de avena, trigo y papas, y señala “se nota la diferencia en los análisis de suelo, hay que comprar menos abono, menos cantidad de fotóforo y eso se traduce en el bolsillo del agricultor. Luego de 5 a 6 años se empieza a notar, así que mi consejo es que prueben con un par de hectáreas, pero siempre con el mismo potrero para dar con buenos resultados”.
Carlos Ruiz, especialista de Inia Quilamapu es el encargado del GTT “Manejo de Rastrojos” y asegura que estos ejemplos se pueden replicar sobre todo si existen más razones positivas. “En La Araucanía para mi gusto sería más fácil, porque aquí tenemos que usar maquinas, allá no, porque hay animales y estos pueden provocar el mismo efecto de la maquinaria para incorporar la paja al suelo, y entonces transformar la paja en un recurso alimenticio, que si bien no es tan nutritivo, puede suplementarse con sales minerales y agua. Los animales se pueden mantener en verano e incluso ganar peso, y en invierno si se enriquece con más proteína y energía, se puede generar condiciones de engorda usando un 40% de paja en la ración como vehículo de la parte más energética. Son recursos que no se utilizan, y en el futuro va a ser de real importancia”.
La incorporación de rastrojos es un método ventajoso pero que debe saber desarrollarse para lograr una agricultura más sustentable, mantener la humedad del suelo, evitar perder la humedad por evaporación, aumenta la materia orgánica, la vida, y dar mayores beneficios a los agricultores.
El Seremi Hofer luego de la gira complementó “estamos buscando alternativas al uso de los residuos de la producción de sobre 150 mil hectáreas de cereales y cultivos industriales de la región, de tal forma de ir minimizando la alternativa del uso del fuego en la preparación de suelos y que se sumen a la incorporación de rastrojos, uso de pajas para generar energía eléctrica, retiro del residuo a través de la producción de fardos, uso de la alimentación animal y otras. Estas experiencias nos permitirán generar proyectos que favorezcan a pequeños productores de La Araucanía y que nos ayuden a masificar prácticas para producir una agricultura sustentable”.
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