En el corazón del mundo maya, en un lugar de ruinas y belleza extraordinaria en la península de Yucatán, se encuentra una pequeña ciudad mexicana ubicada a 80 kms de Mérida: Ticul. Apodada como la “perla del sur”, en Ticul se mantienen vivos los rituales asociados al cultivo del cacao, bajo la atenta mirada y cuidado de personas apasionadas, oriundas de la zona, descendientes de generaciones que saben de cacao y guardianes de costumbres y tradiciones con sabor a chocolate.
Buscando rescatar las raíces de esa tradición chocolatera, La Fête se lanzó en un desafío inédito en Chile, al plantar su propio cacao en Ticul. Es en ese lugar donde nace la primera producción propia de La Fête, elaborando un chocolate con cacao noble y fresco, cosechado en su hacienda.
La barra Ticul, de 150grs y chocolate bitter de 81% de cacao y nibs (fragmentos de grano de cacao que le entregan crocancia), es una edición especial y limitada que puede encontrarse en todas las tiendas del país y a través del sitio www.lafetechocolat.com . El precio es de $7.500.
“Queremos que la fiesta del chocolate se perpetúe en el tiempo, y eso es lo que nos llevó a lanzarnos ahora en un nuevo desafío, en que nos conectamos con los orígenes del cacao y nos hacemos parte de todo el proceso del mejor chocolate criollo, desde la semilla hasta el consumidor, con el sello de calidad que nos distingue”, afirma Jorge McKay, dueño de La Fête.
En la plantación de La Fête se lleva a cabo un cuidadoso proceso de cultivo del cacao y crecimiento de las vainas, respetando el medio ambiente y las milenarias tradiciones de ese lugar. Su extensión, 289 hectáreas, la convierte en la plantación de cacao criollo más grande del mundo.
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