En estudio realizado a 17 de las compañías más relevantes del sector, Greenpeace comprobó que las empresas tecnológicas siguen dependiendo de combustibles fósiles, generan productos no reparables y siguen utilizando sustancias químicas peligrosas en la fabricación de sus productos.
Cerca de mil millones de dispositivos electrónicos se producen, venden y desechan cada año. La basura electrónica en el mundo ya es de tal magnitud que, por ejemplo, cubriría completamente la ciudad de Viña del Mar con una capa de más de cuatro metros de altura.
Greenpeace publicó un informe en el que estudia a 17 de las principales empresas tecnológicas del mundo en función de su transparencia, desempeño y esfuerzos en tres áreas críticas para que el sector sea más amigable con el medioambiente: reducción de emisiones a través de energías renovables, uso de materiales reciclados y eliminación de químicos peligrosos.
Tras el análisis, Samsung, Huawei y Amazon resultaron ser las las compañías con menos compromiso medioambiental.
«Las empresas tecnológicas afirman estar a la vanguardia de la innovación, pero sus cadenas de suministro están estancadas en la era industrial. En lugar de alimentar al cambio climático, las empresas del sector deben mostrar el camino a seguir. Compañías como Google y Apple ya tienen centros de datos que operan con energías renovables», dijo Hernán Nadal, director de comunicación de Greenpeace Andino.
Apple y Fairphone, compañía de dispositivos electrónicos con base en Holanda, están más avanzadas en materia ambiental que las mencionadas Samsung, Huawei y Amazon, que no se responsabilizan por sus huellas ambientales. En el medio, se encuentran marcas populares como Dell y HP.
“A pesar de que Samsung es el mayor fabricante de teléfonos inteligentes, su sistema de producción depende en gran medida de combustibles fósiles. La compañía usó más de 16,000 GWh de energía en 2016 y sólo el 1% procedió de renovables”, afirmó Nadal.
Tras estos análisis, Greenpeace hace un llamado al sector tecnológico a asumir su responsabilidad ambiental y cambiar sus cadenas de suministro para que funcionen con energías renovables. Además, la ONG insta a la industria a reducir el consumo de minerales y otros recursos mediante el diseño de productos de larga duración con más materiales reciclados y a buscar alternativas a los productos químicos peligrosos que se utilizan en la fabricación.
«Necesitamos ver mayor ambición en la industria tecnológica: más transparencia y seguimiento para abordar los impactos ambientales de sus enormes cadenas de suministro. El modelo actual no se puede mantener», planteó Nadal.
Cerca de mil millones de dispositivos electrónicos se producen, venden y desechan cada año. Y por eso la basura electrónica en el mundo ya es de tal magnitud que, por ejemplo, cubriría completamente la ciudad de Viña del Mar con una capa de más de cuatro metros de altura.
Nota:
Guide to Greener Electronics (en inglés)
http://www.greenpeace.org/usa/reports/greener-electronics-2017/
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