Ciber vulnerabilidad financiera

Mauricio BurgosPor Mauricio Burgos

Master y Doctorando en Finanzas

Académico Facultad de Administración y Negocios

Universidad Autónoma de Chile

Llegamos al mes de la patria, y continuamos viendo en los titulares de medios, que aquella idea de fortaleza del sistema financiero y sus actores, particularmente bancos respecto a su ciber accionar, evidencia cierta debilidad, ya que se ha llegado a la sexta filtración de datos.

Organismos como el Foro Económico Mundial, desde hace algunos años ha venido resaltando a través del Report Risk Global la preocupación por los ciberataques, y particularmente, la amenaza o fraude de datos. Asimismo, consultoras en el área de riesgos y fraudes, como Kroll, en su informe 2017-2018, llaman la atención sobre el incremento de incidentes. En la misma línea, el informe Allianz Risk Barometer 2018, resalta los ciber incidentes como foco de atención, así como también a las nuevas tecnologías. Cabe mencionar que ambos figuran dentro de los tres riesgos subestimados por las empresas, y que específicamente para América, el primero aparece liderando la lista. Los estudios anteriores, algo de atención debiesen demandar de parte de profesionales y organizaciones.

Adicionalmente, si consideramos entre las múltiples opiniones que han surgido, la vertida por el órgano fiscalizador de estas entidades, en torno a una filtración de datos, en la que se señaló que “no tiene potencialidad de causar daño”, y ello porque “no tendría valor transaccional”, deberíamos reflexionar en torno a un valor esencial de cualquier organismo –sea un país, un gobierno, un ente público o privado, y naturalmente, las personas-, y que resulta esencial para su supervivencia y sostenibilidad en el tiempo, esto es, la confianza. Así, a los múltiples riesgos a los cuales las organizaciones se enfrentan, debemos recordar el riesgo reputacional, el cual es un elemento de impacto estratégico que tiende a surgir de otros riesgos, por ejemplo, el operacional, y que si bien puede no expresarse directamente en una defraudación monetaria, sí redundará potencialmente en una merma de clientes y negocios, perturbando probablemente también a otros entes, pues la sombra de la duda, y los naturales temores y aprehensiones de la comunidad, no harán distinción entre una y otra entidad.

Es de esperar que no sólo el sector afectado, sino también otros, así como autoridades, directivos y gremios, entre otros, puedan aportar a salvaguardar la imagen de las instituciones, procurando las medidas procedimentales, de protección de datos, sancionatorias, comunicacionales, y otras que sean necesarias, para gestionar, controlar y evitar que eventos similares se repitan en un futuro inmediato. El costo puede ser alto.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.