Contexto histórico de la Tercera Ley de Newton

FOTO PERFIL 2Señor Director:

La «acción» es la causa y la «reacción», el efecto. La fuerza con que mi cabeza golpea una puerta es igual en magnitud y opuesta en dirección a la fuerza con que la puerta golpea mi cabeza. Pero los efectos de estas fuerzas iguales van a depender de los objetos (un clavo y un martillo, un pez y la masa de agua que lo rodea). En nuestro ejemplo, la puerta quedará igual pero mi cabeza quedará adolorida, machucada o sangrando, incluso podría terminar en el hospital.

En otro «contexto», si en una «acción» planificada, no respeto la ley, incito a la violencia y a la creación de grupos paramilitares, causo pánico con mis entrevistas aceptando la lucha armada para lograr mis objetivos políticos, permito el llamado a la insubordinación de los Suboficiales de las Fuerzas Armadas y con ellas mismas, le rindo honores a Fidel Castro, en consecuencia, y conforme a las leyes de la física, solo me queda esperar una «reacción».

En esa «reacción», los «efectos» también serán distintos, más aún cuando quienes reaccionan, lo hacen a través de las Fuerzas Armadas y de Orden, las mismas que por años debieron aceptar a una izquierda desesperada por alcanzar el poder al precio que fuera. Esa izquierda que prometía y amenazaba con un millón de muertos, para el buen éxito de la revolución.

En ese «contexto histórico», los efectos, no fueron medidos ni considerados por el mundo político, ni por la izquierda ni por la derecha ni por la sociedad en su conjunto. No consideraron que el «efecto» de esa «acción», en esas circunstancias, en ese entorno, en esa época, sería de tal magnitud, que abriría la posibilidad del uso de la fuerza para restaurar el orden y la democracia, es decir, la «reacción» de la violenta y cruel máquina militar.

La Tercera Ley de Newton es una ley de la física, completamente aceptada y medible por moros y cristianos, agnósticos y creyentes, amarillos o blancos. No es un cuento, no es una leyenda, no está en la biblia, no se relaciona con ninguna ideología política. Simplemente existe y se puede comprobar.

“Acción” de una nefasta ideología que quería hacer realidad el sueño de Fidel Castro, sueño que ni siquiera la Unión Soviética estaba dispuesta a apoyar, más aún sabiendo que el comunismo venía en franco retroceso. Una acción que después de promover el odio entre los chilenos y el ajusticiamiento político como método para justificar todas sus barbaridades -lo que hasta hoy defiende el presidente del partido comunista- nos quiso llevar a una sangrienta guerra civil. Una acción avalada, apoyada y dirigida por el propio Presidente de la República, Salvador Allende Gossens.

Las leyes de la física no desmienten las dinámicas sociales, pero sí nos ayudan a entenderlas. Es decir, en esta locura que vivió la sociedad chilena entre los años 60 y 70, en el desplazamiento de una masa por la otra, se perdió la unidad nacional, se fisuró su elemento granítico. Por lo mismo, es esa unidad perdida la que tenemos que reconstruir todos los chilenos, los de izquierda, los de derecha, los civiles, los extremistas, los militares, los sacerdotes, los empresarios, los conversos y no conversos, el Presidente de Chile y los ex Presidentes, ¡TODOS!, sin mentiras, sin empates, sin justificaciones, sin dobles discursos y sin verdades a medias.

Christian Slater Escanilla.

Coronel en retiro del Ejército de Chile.

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