La bancarización de los adultos mayores

No cabe duda de que Chile envejece. Tasas de natalidad cercanas a las de países desarrollados y con la población chilena con mayores expectativas de vida en toda América, después de Canadá, tienen a nuestros adultos mayores viviendo más años. Por lo tanto, el Estado, las instituciones y las empresas requieren realizar los ajustes necesarios para asumir esta evolución.

Ante la discriminación que viven los adultos mayores en el acceso al crédito, el Gobierno ha pedido a la banca terminar con esta práctica, y ha instado a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) a tomar acciones contra las entidades que nieguen tarjetas de crédito por razones de edad.

No obstante, eso ¿garantizará que la banca no aplique mayores restricciones al crédito o aumente las tasas de interés? Es sabido que la morosidad de los adultos mayores ha ido en aumento en el último tiempo. Además, los bancos evalúan variables como la capacidad de pago, los ingresos, y pueden sumar criterios más allá de la edad para determinar la viabilidad de un crédito.

Vale la pena preguntarse por qué razón un adulto mayor se endeuda. La iniciativa de flexibilizar su acceso al crédito es plausible, pero es solo una parte de una discusión que indudablemente debe contemplar otras aristas como las pensiones e incluso, la reconversión del mercado laboral, porque el aumento en las expectativas de vida, debe traer aparejado una vejez digna en materia de salud, de pensiones, de entretención e, incluso, de acceso al trabajo. Eso es una mirada sistémica.

Catalina Maluk

Decana Facultad de Economía y Negocios, U. Central

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