Creo que se nos viene por delante una gran oportunidad. El 05 de abril del 2018, con un Presidente y un Comandante en Jefe del Ejército, recién asumidos, celebraremos los 200 años de la Batalla de Maipú. Esta “Gran Batalla” -para ser breve- marcó la independencia definitiva de Chile y el inicio de la derrota de los realistas y sus colonias en América del Sur. Sus repercusiones estratégicas y geopolíticas son muy claras. Con el financiamiento y el apoyo del Gobierno de O´Higgins, se organizó la Primera Escuadra Nacional que permitió, bajo la bandera de Chile -esta vez, con tres estrellas- trasladar por mar a la Expedición Libertadora al Perú. Logrando, junto con el General venezolano Simón Bolívar, que avanzaba por el norte, la derrota y expulsión de los realistas de América del Sur. Con ello se puso fin a más de 300 años de dominación española.
Hay una potente imagen que recuerda dicha batalla. Me refiero al “Abrazo de Maipú”. Ese abrazo entre el General Bernardo O´Higgins y el General argentino José de San Martín. Un abrazo que deberíamos repetir y exportar. Una oportunidad para acercarnos. Entre chilenos y países amigos.
Este acontecimiento, de importancia estratégica para nuestra independencia y la de América del Sur, no puede quedar solo bajo la responsabilidad y los esfuerzos de un Ejército y una Municipalidad. Debería ser un compromiso republicano, de todo el país y su Presidente. Una oportunidad para lucir con orgullo y liderazgo nuestra nacionalidad chilena, al alero del Templo Votivo de Maipú, bajo el manto protector de la Virgen del Carmen y junto a los custodios de esta histórica tradición de fervor patriótico y religioso: La Escuela de Suboficiales del Ejército de Chile, la Ilustre Municipalidad de Maipú y la Iglesia Católica.
Christian Slater Escanilla.
Coronel (R).
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