El cambio climático y el calentamiento global, están entre las principales causas del desecamiento de varios humedales en Chile, deterioro que ha ido en aumento en los últimos años.
A ello se suma, el uso de sus aguas y suelos para la agricultura, la ganadería y la instalación de proyectos inmobiliarios, lo que ha modificado fuertemente la fisonomía del paisaje. Esto, porque muchas veces sus aguas son drenadas o el humedal se rellena, llegando a convertirse en un microbasural.
Pese a que contienen una rica biodiversidad, ayudan a regular el clima y amortiguan inundaciones, entre otros beneficios, sólo hace unas semanas el Gobierno presentó el Plan Nacional de Protección de Humedales 2018-2022, que en una primera etapa protegerá 40 humedales considerados prioritarios y equivalentes a 250 mil hectáreas, de las 4,5 millones que hay en el país. Para ello, la mayoría estará en la categoría de Santuario de la Naturaleza, Parque Nacional o Monumento Natural.
También se pueden considerar otras estrategias que aporten a la protección y prevengan el deterioro de los humedales. Una forma es implementando proyectos de restauración sustentable del paisaje, recuperándolos con plantaciones de flora y árboles nativos de bajo requerimiento hídrico. Asimismo, es fundamental controlar la ganadería y agricultura, delimitando con barreras la entrada de animales y cultivos en zonas de mayor diversidad ecológica.
Jadille Mussa
Académica Escuela de Arquitectura del Paisaje
Universidad Central de Chile
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