Como una mala señal calificó la Cámara Chilena de la Construcción la decisión de declarar desierta la licitación de reconstrucción del Mercado Municipal, por parte del municipio de Temuco, principalmente porque se trata de una obra emblemática de la ciudad que está siendo esperada hace más de tres años, y porque además, este retraso perjudica directamente a todos los locatarios de este histórico centro, afectando también el dinamismo y el desarrollo económico en este importante punto de la capital regional. “Es un mal precedente que se haya declarado desierta por el sólo hecho de haber un oferente, esto sólo conlleva a alargar los plazos y la ejecución de la obra, estirando los procesos mucho más de lo necesario”, afirma Fernando Daettwyler, presidente de la entidad gremial.
Según antecedente recogidos por la CChC, de las 13 empresas que asistieron a la visita a terreno, el día 21 de diciembre, entre ellas Constructora Ricardo Rodríguez, Constructora Valko S.A., Constructora Balzola S.A., Brotec Construcción, Constructora Wörner S.A., Proyectos y Rehabilitaciones Kalam Chile S.A., Constructora Suizcorp, FLESAN, De Vicente Constructora, Constructora San Ignacio Ltda., Constructora Lahuen, Cosal S.A., Grupo Praedio Constructora SPA, sólo una hizo el esfuerzo por postular ya que todas las demás desistieron en presentarse, producto de una serie de factores que complejizaban formular una oferta. Entre esos factores estaban las altísimas garantías y retenciones en los estados de pagos; plazo muy corto para el estudio de la propuesta, ya que al mismo tiempo se licitó el liceo de Pitrufquén y demandaba muchas horas hombre el estudio de las 2 propuestas (si bien este se extendió finalmente, en una primera instancia era solo un mes el que separaba la visita a terreno y el cierre de recepción de ofertas). Sostuvieron además que la inspección técnica municipal muchas veces no tiene las competencias para inspeccionar una obra de esta envergadura (no como el MOP con su dirección de arquitectura que si está calificada para este tipo de obras), y también ya se preveía que el presupuesto no alcanzaba ya que esta obra al tener componentes de restauración tiene costos mucho más altos que una típica obra de construcción. Además, entre otras razones también argumentaron que se trataba de una obra muy mediática y compleja de construir por todas las dificultades y restricciones que conlleva construir en el centro de la ciudad (permisos, horarios de trabajos, multas, etc.), temas que no estaban del todo resuelto ni claras en las bases, lo que implicaba un alto riesgo de participar en la propuesta de construcción.
Por lo anterior, Daettwyler sostiene que “si hubo una empresa que se la jugó y entregó una propuesta que cumplía con todas las bases, se debió considerar conseguir los recursos que faltaban, ya que es un hecho que el presupuesto no era suficiente. Lo anterior hace perder credibilidad a este sistema de licitaciones y en consecuencia genera un mal augurio en el futuro en la presentación de nuevos oferentes para este tipo de obras”. Agrega que en el nuevo llamado que se realizará es muy importante que se revisen bien los distintos ítems del presupuesto y se analice cuáles de ellos son los de mayor costo y que pueden ser prescindibles, de modo de rebajar en cierta medida esas partidas y ajustarse de esa manera al presupuesto inicial que tenía estimado el municipio para ejecutar toda la obra. Por último agregó que para mejorar la postulación de nuevos oferentes, también se deberán revisar las bases y mejorar el nivel de garantías y retenciones, ya que hoy son trabas importantes a la hora de adjudicar este tipo de contratos.
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