Mediante un entrenamiento de simulación clínica de alta fidelidad funcionarios del Servicio de Urgencia Adulto recibieron entrenamiento in situ de reanimación cardiopulmonar (RCP) que tuvo como particularidad reforzar el trabajo en equipo del cuerpo clínico, es decir, médico, enfermeras, técnicos paramédicos y auxiliares quienes, en la oportunidad, pudieron identificar tanto las lagunas en su trabajo como las áreas de mejoras.
Así lo explicó la EU, subjefa del Servicio de Urgencia Adultos, Ilsi Esparza quien sostuvo que la novedad del curso, además de ser simulación de alta fidelidad en el lugar de trabajo, es que se pudo incluir a todo el equipo de salud “generalmente cuando se hacen este tipo de capacitaciones se dirigen a médicos, enfermeras y kinesiólogos, pero esta vez se incluyó también a técnicos paramédicos que son parte fundamental de una reanimación. Se pudo fortalecer el grupo, se fortificaron los roles y se pudieron pesquisar algunas técnicas que se podían mejorar a través de una autoevaluación ya que todo lo que realizaron en la simulación quedó grabado en video por lo que luego pudieron revisarlo y ver en qué debían mejorar”.
El Dr. Claudio Vega, médico jefe del Servicio de Urgencia del HHHA, es docente del Centro de Simulación del Servicio de Salud Araucanía Sur por lo que, según señaló quiso compartir el curso de simulación de alta fidelidad con el personal de Urgencia adulto del establecimiento asistencial. “La capacitación consistió más que en RCP, en el trabajo en equipo y su formación. Pudimos mezclar personas de diferentes turnos y hacerlos trabajar en conjunto, cada uno con rol definido para lograr el objetivo común que es lograr la mejoría del paciente”.
El profesional agregó que los simuladores de alta fidelidad son muñecos que tienen todas las características que puede tener una persona normal. Es decir, tiene pulso, respira, habla, llora, tose, sangra, se le puede poner vías venosas, etc. Y, a pesar de que el equipo de urgencia está muy bien capacitado para enfrentar una reanimación faltaba aún fortalecer roles para un mejor trabajo en equipo, “en este caso, eran de turnos diferentes pero a pesar de ello se fusionaron bastante bien para sacar al paciente adelante” precisó.
La simulación médica ha sido cada vez más reconocida como una modalidad que puede ser usada para reducir los errores médicos en una variedad de entornos de atención y con diversos grados de realismo. Los recientes avances en el simulador y la tecnología inalámbrica ofrecen más oportunidades para tomar este entrenamiento directamente en el ambiente de trabajo, simulación in situ, que se define como la formación basada en la simulación que se produce en un entorno clínico con los participantes que están en servicio.
Algunos ejemplos de los obstáculos que pueden ser fácilmente identificados son: errores en la comprensión o la aplicación de los protocolos, las limitaciones impuestas por el entorno físico, y problemas con la comunicación entre colegas.
Para la Técnico Paramédico Yoselin Toledo el curso con simulador de alta fidelidad fue una oportunidad que no había tenido. “Fue muy interesante porque así uno se va dando cuenta de los errores que comete y cómo mejorarlos. Pudimos conversar el ejercicio con los monitores y el equipo clínico con quienes nos afiatamos súper bien, pese a no ser del mismo turno” afirmó.
Cabe señalar que, si bien las simulaciones ayudan a mejorar y fortalecer las competencias técnicas, también son fundamentales para la enseñanza de habilidades no técnicas como el liderazgo, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la reflexión sobre conflictos.
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