Para Manuela, Blanca y Pedro, la vivienda rural representa un cambio de vida al interior de sus territorios. Estas tres personas pertenecientes a las comunas de Freire, Cunco y Temuco beneficiadas a través del Programa de Habitabilidad Rural, nos relatan sus vivencias tras habitar la casa nueva. Se trata de viviendas de gran materialidad, calidad y diseño, ideales para el hábitat rural. Proyectos con identidad para familias vulnerables que han decidido permanecer en el campo manteniendo su cultura y tradiciones campesinas.
Manuela, La educadora
Ese fue el caso de Manuela Cristina Lincoñir quien actualmente vive junto a su hija Belén de 10 años en su vivienda nueva construida al interior de la comunidad de Mahuidache en la comuna de Freire. La mujer, asistente en educación de la escuela del sector, siente que su casa representa el esfuerzo de años, sobre todo para garantizando un techo a su hija y un lugar confortable para vivir.
“Esta casa es hermosa, vivo ahí con mi hija y estamos felices de tener un espacio tan especial, la vida en el campo es difícil, pero nuestra vivienda es buenísima, mi hija es la más feliz, nos sentimos seguras, tranquilas y abrigadas. Esta casa nos cambio la vida”, expresó la beneficiaria.
Blanca, la luchadora.
Blanca Alarcón enviudó hace tres años. Esta adulto mayor del sector de Choroico al interior de la comuna de Cunco, siente que su vivienda es “la casa más linda del mundo. Yo jamás imaginé una casa así de linda, esto es como un sueño hecho realidad, estaré muy cómoda para vivir el resto de vida que me queda, yo solo siento agradecimiento”, manifestó Blanca visiblemente emocionada. La adulto mayor, afirma haber luchado hasta el final para lograr su vivienda, donde incluso en los momentos más complejos, no perdió la esperanza de obtener su casa nueva.
Pedro, El agricultor.
“Nuestra casa está tan bien hecha, que apenas escuchamos ladrar a los perros, nos comenta sonriendo, el agricultor Pedro Ramos, mientras le pedimos describir sus vivienda emplazada en el sector de Alto Tromen alto, en el sector de Boyeco, comuna de Temuco. “Tuvimos que estar 7 meses viviendo en un galpón, mientras desarmaron la casa vieja, fue difícil pero cuando llegó el invierno pudimos habitarla. Yo me dedico a las labores agrícolas, es dura la vida en el campo, por eso una casa así de buena nos ayuda mucho, con mi mujer estamos agradecidos de todo lo que el SERVIU ha hecho por nosotros”, sostuvo el agricultor de Boyeco.
El anuncio del Ministro Cristian Monckeberg de otorgar más de 500 nuevas viviendas rurales en la región de La Araucanía, viene a saldar una deuda histórica con el mundo rural a través de un programa que reconoce las particularidades culturales, geográficas y productivas de la región de La Araucanía. Más de 12.800 millones de pesos destinados a familias de zonas alejadas quienes han cambiado sus vidas a través de este emblemático programa.
Para Claudia Bascur, Coordinadora Regional Ministerial de Vivienda el subsidio rural “permite a los territorios mantener su identidad a través de los elementos constructivos de vivienda. No solo es una casa, es la extensión de su cultura, la valoración de su hábitat, relevando la vivienda rural. El anuncio de Ministro, representa eso, un compromiso absoluto con el mundo rural, expresó la arquitecto Bascur.
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