Gobernación de Cautín entrega pensiones de gracia a hijos de Carabineros heridos en actos de servicio

Foto (1)Uno de los beneficiados, el sargento Claudio Villagrán quiso recibir en persona, la ayuda económica de manos del gobernador Richard Caifal, a pesar de su parálisis total del cuerpo.

Hace algún tiempo, dos carabineros de La Araucanía, fueron víctimas de trágicos accidentes que cambiaron sus vidas para siempre. Claudio Villagrán está postrado en una cama desde hace cinco años con diagnóstico de Esclerosis Lateral Amiotrófica, mientras que John Sierra se encuentra en estado vegetativo hace tres años.

La Gobernación de Cautín, por medio del Departamento de Acción Social, entregó hace unos meses, insumos de primera necesidad para John y aire acondicionado para Claudio. Lo anterior, tras conocer su historia por medio del Movimiento Ciudadano de Amigos y Familiares de Carabineros.

Sin embargo, y debido a la gravedad de la salud de ambos, sumado a la situación en que viven sus familias, la autoridad provincial tramitó una Pensión de Gracia para mitigar los gastos económicos asociados a los estudios de sus hijos. El aporte mensual es de 165 mil pesos por persona y se entregó a los cuatro hijos de Claudio y a los dos hijos de John.

Tras ser notificado, Claudio insistió en ir personalmente acompañado de sus hijos hasta dependencias de la Gobernación para recibir la ayuda económica. A través de un cartón plastificado que contiene las letras del abecedario en seis filas, él va formando palabras con ayuda de su Técnico en Enfermería. De esa forma, agradeció al gobernador la gestión realizada.

En tanto, la autoridad provincial, Richard Caifal sostuvo “creímos justo presentar estos casos al Ministerio del Interior, puesto que reconocemos la importante labor que cumple Carabineros al cuidado y servicio de las personas. Que hoy haya venido Claudio con sus hijos a recibir el beneficio, da cuenta, de lo valioso que fue para él, recibir esta Pensión de Gracia, que viene a amortiguar, en cierta medida, los gastos que tiene su familia”.

Claudia Villagrán, hija mayor de Claudio, señaló “estoy súper agradecida, yo estudio medicina y la carrera es costosa, estoy con becas en la universidad, y aun así, es difícil. El arancel son 500 mil pesos, el fonendoscopio sale 90 mil. Todo es costoso, todo implica gasto, así que me va a servir muchísimo”.

Claudia recordó que estaba en segundo medio cuando pasó el accidente, “me cuestiono diariamente si mi papá va a seguir con vida, es complicado, es triste, siempre cuando pienso mucho en esto, me pongo a llorar”.

Por su parte, Loreto Campana, miembro del Movimiento de familiares y amigos de Carabineros, expresó “estoy feliz, muy contenta por Claudio y por la familia de John que recibieron el beneficio. Es algo muy importante, gracias a Dios esta gestión nació aquí en Temuco, a través de la Gobernación”.

Historia

Marjorie Castillo, cónyuge de John Sierra contó que él, se desempeñaba como adiestrador de perros y en el momento del accidente estaba con Ciro, su perro policial. Marjorie detalló que Ciro se puso muy inquieto e intentó morder a un hincha. John intentó detener el ataque y cayó golpeándose la cabeza con la solera. Ciro falleció de pena meses después, según cuenta su esposa.

“Mi esposo sufrió una caída, que lamentablemente lo dejó en estado vegetativo, y hasta el día de hoy permanece así. Ese es su diagnóstico final, no se puede hacer nada según los médicos. Como familia, seguimos luchando, le entregamos todo el amor y cariño. Tratamos de que cada día sea el mejor para él. Tenemos la esperanza, y nos aferramos a Dios, para que ocurra un milagro y un día despierte”.

Por otra parte, el sargento Claudio Villagrán a pesar de no mover su cuerpo, producto de un accidente en moto, ha logrado comunicarse a través del sistema “touch” como lo denominaron sus cuidadores. Consiste en un método muy simple y práctico. Se trata de un cartón plastificado que contiene las letras del abecedario en seis filas.

Lissete Loncón, técnico en enfermería, lleva tres años trabajando con Claudio y señaló “al principio costó mucho la comunicación, pero con la costumbre se hizo fácil y más fluida. Voy indicando las filas y cuando quiere una letra cierra los ojos, luego seguimos mostrándole letras hacia el lado, y él pestañea y así vamos formando palabras”.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.