Nadie entra, nadie sale

Pedro Urrutia ArévalosPor Pedro Urrutia, Jefe de Operación Social de la Araucanía.

Ayer, justo a un mes de que se produjera el primer caso de contagio en el país, ya son 18 los muertos en Chile a causa del coronavirus. De ellos, la mayoría eran adultos mayores con enfermedades crónicas, tres estaban en residencias; uno, Daniel Mañil, el más joven de los fallecidos, que murió en el Hospital de Molina, era un hombre en situación de calle y reunía todas las condiciones para que el Covid-19 se ensañara con él.

Como Hogar de Cristo hemos insistido en que las más de 15 mil personas que viven en situación de calle en Chile son la población más indemne frente a la pandemia y que se requiere de acciones coherentes y multisectoriales para protegerlos. Vacunarlos contra la influenza fue una, pero hay mucho más que hacer.

En nuestro territorio, está la residencia para personas en situación de calle en Temuco, que acoge a 9 personas. Y la hemos declarado en cuarentena preventiva para evitar que sus usuarios se contagien al entrar y salir de ella. No es una medida fácil. Las personas en calle son naturalmente libres, les cuesta la convivencia, viven al día y necesitan juntar sus monedas. El cierre de nuestras puertas ha significado ampliar los servicios de alimentación, organizar actividades recreativas, pero sobre todo un compromiso con los que se quedan dentro: si salen, no podrán volver a entrar por el riesgo de contagio. Esto significa también que no se permitirán nuevos accesos una vez declarada la cuarentena, una medida drástica pero necesaria, dada la alta capacidad de propagación del coronavirus, más en una población de alto riesgo como la ya descrita.

Pedimos a todos ayuda, especialmente a quienes puedan aportar con los escasos insumos sanitarios de seguridad, como guantes y mascarillas, que requerimos para extremar la seguridad. Y compresión frente a esta cuarentena que hemos establecido, tan dura como los tiempos que corren.

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