Por Claudina Uribe, candidata a alcaldesa Evópoli en Primarias Chile Vamos
Siempre decimos que los chilenos somos solidarios, que somos buenas personas, incluso hay una canción que dice “verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero”.
Más allá de las frases instaladas uno se pregunta cuál es la sociedad que tenemos y cuál es la queremos construir, sobre todo cuando estamos ad-portas de iniciar un debate constitucional.
Me imagino un país unido y solidario; con personas que son capaces de mirar su entorno para impactar positivamente en el otro desde sus posibilidades y talentos.
Imagino una sociedad que no solo quiere alcanzar el anhelado desarrollo económico que nos han venido prometiendo hace tantos años: sino también una sociedad desarrollada en su forma de ver la vida. Visualizo un Chile y un Temuco que avanza bajo la mirada de logros colectivos que nos garanticen mínimos comunes y suficientes a todos.
Sin embargo, no basta con buenas intenciones. Eso ya lo hemos aprendido. Necesitamos líderes con coherencia valórica, centrado en las acciones y desde la planificación con foco en lo económico, en lo social y en lo ambiental. La pandemia dejó claro que no son cosas separadas.
Por otro lado, tenemos que devolver la esperanza y la capacidad de volver a soñar y confiar nuestras familias. Hoy la crisis no es solo política y económica, sino que también hay mucha frustración.
En mi recorrido por Temuco hay ideas que se repiten con fuerza: el rechazo transversal a los políticos porque creen que los han abandonado para poner como prioridad sus objetivos personales y de los partidos, por sobre el bien comunitario.
También se aburrieron de los desequilibrios y con justa razón: del abuso y las malas prácticas de algunas empresas que se coluden, dando un duro golpe a la sociedad de oportunidades y limitando el campo de acción de los emprendedores. También están muy cansados de la falta de corazón y la prepotencia de las élites.
No es posible sostener sociedades con ese nivel de ira acumulada. Hay cambios que es posible impulsar a través de leyes, pero una cantidad no menor, tiene relación con la crisis de valores; parten en cada uno y son urgentes para alcanzar la paz social a la que todos aspiramos. Los invito a dar el paso: todos los cambios nacen cuando nos atrevemos a comenzar.
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