Vuelta a clases presenciales requerirá contención emocional de los colegios

Carla CerdaPara la psicóloga de la Red Educacional Cognita, Carla Cerda, reajustarse a horarios rígidos y extensos y “echar de menos” a los padres son algunas de las consecuencias que podría generar en los niños el retorno a las aulas luego de cuarentenas prolongadas.

Teniendo a varias y comunas del país bajo cuarentenas preventivas y obligatorias durante gran parte del primer semestre, para los estudiantes esta pandemia ha significado un cambio profundo en sus vidas cotidianas, a pesar de que los colegios han arbitrado medidas paliativas a través de la educación online.

Investigaciones internacionales demuestran que la prevalencia de problemas de salud mental luego de una catástrofe aumenta de un 8% a un 50%. Es por eso por lo que, para el retorno a clases presenciales, cuya fecha aún está lejos de definirse, “es necesario que los colegios implementen planes adicionales a los programas formativos, que busquen atender específicamente la contención emocional de nuestros estudiantes, familias y docentes”, sostiene la psicóloga de la Red Educacional Cognita, Carla Cerda.

La profesional agrega que, a pesar de que estamos en presencia de una crisis inédita, “se puede elucubrar que la principal dificultad que tendremos con la vuelta a clases presenciales será el reajustarse a un sistema horario rígido y extenso de actividades escolares, como también en el seguimiento estricto de las medidas preventivas que seguramente se deberán llevar a cabo y mantener.  En general, es posible pensar que a nivel emocional pueda llegar a tener una repercusión (angustia, ansiedad, sintomatología psicosomática), sobre todo en los niños, la distancia vincular presencial con sus progenitores o cuidadores que han tenido durante la cuarentena a tiempo completo”, sostiene.

Señales de alerta

A nivel internacional, Chile registra una mayor prevalencia de cuadros de salud mental, y niños y niñas menores de 6 años lideran el “ranking”, mientras que entre los 6 y 18 años esta realidad se duplica al ser comparado a nivel mundial. De ahí la importancia de impulsar una agenda de prevención para enfrentar la actual emergencia.

Los colegios y educadores, por su parte, deben hacer su aporte, y es así como son varios los establecimientos que ya están iniciando estrategias de prevención, en la actual coyuntura, o programas para ser aplicados una vez que se retomen las clases presenciales.

Respecto del método más adecuado para que los alumnos se readapten al retorno a las aulas, Carla Cerda es enfática en señalar que, dada la incertidumbre actual, y porque se trata de una situación sin precedentes, no es prudente aseverar cuál es la mejor fórmula, además que podría entrar en disonancia con las decisiones que se tomen más adelante a nivel central. “Sin embargo –agrega-, en el proceso de readaptación, se deberán considerar factores que todavía se están definiendo, como cantidad de alumnos en metros cuadrados de la sala, cantidad de horas a las que se expondrán los estudiantes al comienzo, asignaturas que se priorizarán en forma presencial, la posibilidad de realizar talleres de contención y preparación de los alumnos y funcionarios para un regreso seguro,  dar seguridad a estudiantes y funcionarios en relación a las medidas preventivas que se tomen en los colegios, entre otras”, señala.

Mientras continúen las cuarentenas, la profesional de Cognita recomienda a los padres estar alertas a señales que entregan los niños o jóvenes y que pueden ser signos de situaciones de angustia o de mayor complejidad a los que hay que poner atención.

“Hay cierta sintomatología psicosomática (angustia, dificultades o trastornos de sueño, alteración en la rutina alimentaria, entre otras) que podrían llegar a ser esperables como consecuencia de una situación traumática de estrés como la que estamos viviendo. Pero si estos síntomas se prolongan en el tiempo, se acentúan y comienzan a dificultar el normal funcionamiento en la vida diaria de los niños, niñas, y adolescentes, son motivo para que los padres puedan buscar ayuda profesional, con el fin de evaluar qué factores estarían interfiriendo en la normal evolución de los síntomas para poder resignificarlos y elaborarlos saludablemente”, concluye.

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