La tecnología ha cambiado profundamente la forma de comercializar. Desde hace muchos años, las acciones clave del sistema financiero se ejecutan a partir del uso de herramientas tecnológicas.
La era digital ha dado paso a una generación de intermediarios muy importantes: los brókeres electrónicos, que son las entidades financieras que realizan operaciones de compra y venta para sus clientes, y los traders, que son quienes se encargan de ejecutar esas operaciones de forma remota.
A continuación, te contamos cómo ha cambiado la tecnología el mundo del trading y cuáles son las consecuencias de esta digitalización.
La llegada del trading digital
En 1987, después de un desplome de la bolsa de valores sin precedentes, quedó claro que se acercaba una revolución digital en el mundo del trading. El famoso lunes negro fue uno de los peores días para la bolsa de Wall Street, y causó pérdidas multimillonarias entre los inversores.
Hasta ese momento, las operaciones se llevaban a cabo de manera presencial o por vía telefónica, pero el desarrollo de la red durante toda la década de 1990 y los años posteriores dieron lugar a una nueva forma de trading digital.
La tecnología revolucionó el mundo del trading porque, al día de hoy, gracias a la inteligencia artificial y una sociedad con cada vez mayor acceso a internet, la totalidad de las bolsas de valores operan con procesamientos de datos automatizados.
Además, este proceso ha hecho que fenómenos como el de las criptomonedas aterrizara con fuerza en la sociedad, y hoy en día la inversión segura y redituable es algo común.
Pero ¿cuáles son las ventajas que tienen quienes deciden operar en la bolsa mediante internet?
Trading digital: mayor acceso, más opciones
La digitalización trajo una serie de ventajas. Por un lado, hizo aparecer una serie de nuevos instrumentos financieros, como aquellos que permiten operar en el mercado futuros, acciones o contratos por diferencia (CFD), acciones o contratos por diferencia (CFD). Los CFD son ideales para todo tipo de traders, ya que permiten operar con bajos requerimientos de capital. Además, las transacciones mediante este instrumento no tienen comisiones y permite operar a niveles muy altos de apalancamiento.
Pero también existen otras estrategias, como la compra de acciones. Las acciones son activos financieros, y su principal diferencia con los contratos por diferencia radica en que las acciones no permiten operar en cortos. Los CFD operan con margen, de modo que debe realizarse un depósito inicial con un bróker. Es decir: se invierte una cantidad de CFD en función de los cálculos de margen.
Por último, es posible operar con futuros, uno de los instrumentos favoritos para invertir en materias primas. Son ideales para quienes quieran realizar operaciones a largo plazo o de cobertura; sin embargo, posee requerimientos de capital elevados.
Además de las múltiples opciones para invertir, el proceso de digitalización del trading también trajo aparejado una democratización en la compraventa de activos. Hoy en día, muchas personas pueden utilizar plataformas online para analizar el mercado y ejecutar las opciones, convirtiendo la operación en bolsa en algo mucho más accesible.
*Fuente imagen: Pixabay
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