Comunidad educativa de Villarrica aprende en huerta agroecológica

PORTADAIntegrantes de la comunidad educativa de la Sala Cuna y Jardín Infantil Chalín Tekún realizaron una salida pedagógica a un huerto educativo de Villarrica, específicamente la Huerta Agro Ecológica “El Boldo”, de la Pontificia Universidad Católica, Campus Villarrica, espacio emplazado en pleno humedal y en un maravilloso entorno natural.

“Aquí encontramos una diversidad de plantas comestibles y medicinales, también producimos compost y humus. La idea es que la gente se pueda inspirar en tener sus propias huertas urbanas y aprender de la agro ecología,  que busca imitar la naturaleza y rescatar los conocimientos y las variedades tradicionales locales”, señaló Claudia Ríos, ingeniera agrónoma y  encargada del lugar.

EXPLORACIÓN SENSORIAL

Esta visita fue una experiencia muy significativa para los párvulos y equipos educativos de este centro de educación inicial, ya que sirvió como oportunidad para observar y aprender sobre los Huertos Educativos y así, en un futuro próximo, replicar e implementar este tipo de iniciativas en dependencias del mismo establecimiento.

“Esta visita permitió a nuestros niños y niñas tener la posibilidad de realizar distintas experiencias de exploración, desde la valoración, respeto y cuidado de otros seres vivos. Además, se trabajó sensorialmente,  degustando distintas hierbas, hojas y flores comestibles. Fue una actividad en la que los párvulos, junto a sus familias, pudieron estar en contacto directo con la naturaleza”, aseguró Elena Cea, directora (s) de la Sala Cuna y Jardín Infantil Chalín Tekún

Los huertos agroecológicos son espacios que, en los últimos años, han adquirido gran relevancia, ya que son una respuesta a las crisis ambientales, alimentarias y de salud.

VALORACIÓN POSITIVA

Se trata de efectivas  herramientas pedagógicas que permiten fomentar y fortalecer valores de cuidado a la naturaleza y de auto-cultivo y alimentación saludable.

A través de un  trabajo, en contacto directo con la naturaleza, los huertos reconectan con la tierra, el agua, el aire, los ciclos y ritmos naturales, así como con la diversidad biocultural de los territorios.

“Me parece súper buena esta iniciativa, porque nuestros hijos pudieron tener acceso a diferentes tipos de aprendizajes. Hemos participado junto a ellos y conocido sobre verduras y plantas que tienen grandes beneficios para nosotros; además es una oportunidad para valorar la naturaleza y fomentar estilos de alimentación y vida saludable”, comentó Natalia Pichuman, apoderada de la unidad educativa villarricense.

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