La sociedad del cansancio

Javier Huiliñir (1) (1)Desde marzo las Instituciones de Educación Superior en nuestra región han retornado a la presencialidad, donde estudiantes, docentes, autoridades y personal administrativo comenzaron un nuevo semestre realizando sus actividades académicas y laborales desde los espacios que hace dos años dejaron de habitar producto de la pandemia Covid-19. Este regreso provoca distintas experiencias en las personas, y el concepto que más resuena en las conversaciones es el cansancio. Este cansancio, puede tener múltiples explicaciones, algunas (os) mencionan los tiempos de traslado producto del aumento del parque automotriz, otras (os) a retomar una rutina que estaba ausente y, por último, tener nuevos hábitos para poder desarrollar las actividades en forma presencial.

En este contexto de problemática del cansancio, es posible invitar a la conversación al filósofo Byung-Chul Han, quien en el año 2010 escribe un ensayo titulado “La sociedad del cansancio” donde identifica y describe los siguientes elementos que están presentes en este tema: primero, el aumento de la carga de trabajo, lo que requiere para él de una técnica en la administración del tiempo y no necesariamente significa el progreso de una civilización. Segundo, el aburrimiento, un estado que no genera nada nuevo, está siempre reproduciendo las mismas cosas, pero sin necesariamente invitar a soñar e imaginar nuevas acciones. Tercero, la llamada sociedad del rendimiento, donde las personas están esforzándose por llegar a metas que no necesariamente son respuestas a búsquedas personales, sino más bien, fines propuestos desde alguien que está fuera de ti, a quien quizás no lo importa lo que tú quieres.

Todo lo anterior, es una invitación a reflexionar sobre las acciones que estamos realizando en términos académicos-laborales-personales y que nos pueden generar cansancio y con ello, un sin-sentido a lo que queremos ser-hacer como personas. Ante esta situación, emerge la pregunta ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Las posibles respuestas son muchas, pero antes de responderlas, es necesario tener la disposición a interrogarse sobre este tema a nivel personal y/o social.

Por Javier Huiliñir Curío

Docente Formación e Identidad

Santo Tomás, sede Temuco

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