La medida se enmarca en las actividades formativas para reforzar el proceso de reinserción de las personas privadas de libertad.
Este mes de marzo se iniciaron las clases presenciales y semi presenciales en las escuelas penitenciarias de las provincias de Malleco y Cautín, después de dos años de pandemia.
Las primeras actividades educativas se enmarcan en el contexto de los procesos de normalización graduales que se han ido implementando en los recintos penales, tras las medidas restrictivas adoptadas por Gendarmería de Chile para prevenir el avance de la pandemia.
Al respecto, el director regional de Gendarmería en La Araucanía coronel Diter Villarroel Montecinos destacó “Como Institución hemos trabajado permanentemente por garantizar que las personas privadas de libertad accedan a la Educación Formal, porque es un Derecho esencial y estamos convencidos que es una herramienta muy importante para el proceso de Reinserción Social, que le permitirá manejarse de mejor manera cuando recuperen su libertad. Es por eso que trabajamos permanentemente por generar espacios educativos y de crecimiento personal, que generen un impacto positivo en la vida de los internos e internas de los diversas unidades penales y especiales de la Región”.
Cabe señalar que este año contamos con una matrícula de 368 usuarios (361 hombres y 7 mujeres) y todavía existen unidades que están en proceso de matrícula. Las clases tendrán un sistema mixto, lo que significa que se realizarán clases presenciales alternadas con la entrega de guías.
El proceso educativo es acompañado en todo momento por profesionales, tales como la encargada del Área Educacional a nivel regional Jocelyn Yáñez Almonacid quien al respecto indicó “Es muy importante la educación para nuestros usuarios, sobre todo en su proceso de intervención, ya que al momento de postular algún beneficio, esto les favorece. Durante los dos últimos años Gendarmería siguió facilitando y preocupándose de que los alumnos pudieran recibir a través de guías o clases on line las materias que les correspondía por nivel educacional. Reconocemos que fue difícil, sobre todo porque nuestra población penal mantiene espacios de tiempo prolongados sin estudiar durante su vida en el medio libre y eso hace que se dificulte su aprendizaje de forma individual, pero pudieron avanzar e incluso algunos lograron terminar su enseñanza media”.
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