Bitcoin, ethereum, litecoin y muchas otras criptomonedas son activos que, a pesar de que en un inicio fueron creadas como alternativa descentralizada al dinero fiduciario de uso corriente (labor que puede que terminen por cumplir en algún momento según sus más acérrimos defensores), principalmente se usan para especular, dado que su precio es extremadamente volátil, como han demostrado en numerosas ocasiones, y no sólo bitcoin, ya que la segunda del ranking, ethereum, ha pasado en pocos meses de más de los 4.600 dólares de noviembre del año pasado a los menos de 1.500 dólares del momento de la escritura de estas líneas.
Dentro del ecosistema de las criptomonedas existen otro tipo de activos, las stablecoins, que tienen un papel bien distinto al de la triada formada por bitcoin, ethereum y litecoin, así como de las altcoins, ya que en teoría las stablecoins mantienen una paridad 1:1 con una moneda fiduciaria fuerte mediante algún respaldo que, como ocurrió con la criptomoneda Terra USD (que ahora se llama TerraClassicUSD), respaldada por la criptomoneda LUNA, pueden fallar totalmente, haciendo que el precio se desplome de forma dramática con el consecuente quebranto para los inversores que confiaron en este activo, lo que sirve como enésima advertencia del alto riesgo de cualquier inversión, especialmente cuando se trata de mercados tan volátiles.
Stablecoins; ¿el futuro del dinero?
Una de las formas más conocidas de especular con criptomonedas es invertir en bitcoin o en alguna de las otras grandes, pero a medida que se profundiza en este mercado, tarde o temprano un inversor se encontrará con las stablecoins, unos activos que como ya se ha visto no eliminan ni mucho menos el riesgo, de nuevo nos remitimos al caso de Terra US, pero que tienen funcionalidades muy interesantes dentro del criptoecosistema, las cuales en algunos puntos son muy similares a las del dinero fiduciario, lo cual hace pensar a algunos analistas que tendrán un papel que jugar en el futuro del dinero.
Uno de los usos que tienen las stablecoins es la de recoger beneficios tras una subida o la de resguardarse frente a las crisis que para las criptomonedas representan los criptoinviernos (de nuevo se debe hacer hincapié en lo relativo de este resguardo), es decir, tras una subida como la última experimentada por bitcoin, un inversor más conservador podría sospechar que tras un alza vendría una caída, cambiar sus bitcoins por alguna stablecoin y, una vez caiga el precio lo suficiente, volver a comprar más bitcoin del anteriormente vendido con las stablecoins sin haber tenido que pasar por el dinero fiduciario, lo cual puede ayudar a esquivar comisiones que, dependiendo de las cantidades compradas o vendidas, pueden ser muy altas. En cualquier caso, dependiendo del país donde se tenga la residencia fiscal, estas permutas entre criptomonedas sí que deben tributar a la correspondiente hacienda pública.
Otro de los usos más interesantes de las stablecoins es el de realizar pagos a través de plataformas como las exchanges, los cuales en ciertos casos no tienen comisiones si se realizan entre usuarios de la misma exchange (los intercambios entre billeteras tendrán su correspondiente coste de red), aunque la actual crisis que está viviendo el sector de las fintech de criptomonedas puede que obligue a revisar las condiciones bajo las que prestan el servicio, y puede que la operatividad gratuita esté viviendo su particular canto de cisne, aún habrá que esperar para ver cómo sobrevive el sector a este último criptoinvierno.
Por supuesto, y suponiendo que consigan mantener la paridad con la divisa fiduciaria a la que se hayan enganchado, las stablecoins también se utilizan como refugio y ahorro, pero, teniendo en cuenta que su valor será el de un dólar, un euro, o la divisa que corresponda, ¿vale la pena correr el riesgo de sufrir un caso como el de Terra USD, en vez de ahorrar directamente en la divisa fiat equivalente? Lo cierto es que cada proyecto es diferente y tiene distinta solvencia, y además utilizar la blockchain ofrece ciertas posibilidades que pueden interesar a según qué inversores, así que elegir stablecoins o divisas fiduciarias es responsabilidad de cada uno, que también tendrá la responsabilidad de investigar cada proyecto y valorar si compensa o no adentrarse en el mundo de las criptomonedas antes de invertir un sólo peso o dólar.
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