Expertos de proyecto 360 prevención criminal y autodefensa psicológica entregan medidas preventivas para que padres puedan prevenir delitos sexuales contra sus hijos

Marcela del Sol-HallettLos delitos sexuales en Chile han aumentado en un 62% en el territorio nacional, principalmente en la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío, según informa CEAD. A junio de 2023 los casos conocidos por las policías se elevan a 8 mil 608, con solo 686 detenciones.

“Es preocupante que la mayoría de las víctimas de estas transgresiones sean niñas y niños menores de 14 años, aunque, en términos totales, los grupos etarios más perjudicados por este tipo de delitos son menores de 14 hasta jóvenes de 29 años, sin considerar que existe una cifra criminal negra: la victimización no denunciada. Aquella que, sólo podemos conjeturar, se aproxima a un 30% de las cifras estadísticas oficiales”, señala Marcela del Sol-Hallett, perfiladora criminal y cocreadora del Proyecto 360 de Prevención Criminal y Autodefensa Psicológica.

Refiriéndonos al alto porcentaje de víctimas infantiles, “es de absoluta importancia compartir información que contribuya a prevenir e identificar la comisión de uno de los más enrevesados traumas que cualquier persona podría sufrir, señala la experta que además fue víctima de abuso infantil.

Por ello, llama a los padres a estar alerta y practicar conductas preventivas desde el hogar para contribuir a la educación comunitaria en materias de prevención del delito, para resguardar la auto estima y seguridad, especialmente, de niños y jóvenes:
Demuestra interés en sus vidas: Preguntarles con quienes juega en el colegio, con quien comparten el recreo, etc. No solo a un nivel superficial, sino elabora una conversación desde estos puntos de inicio.
Familiarízate con las personas que circundan la vida de tus hijos: tanto adultos como otros niños, los padres de sus amigos, los profesores, etc. No contradigas las opiniones que tienen de ellos, sino pregúntales, amablemente, porque sienten así.
Háblales de las noticias de hechos de abuso sexual que podría haber escuchado: Pregúntale que piensa acerca de estos, qué haría en esa situación. De esta manera le indicas que estás disponible para conversar de estos temas.
Enséñale a tus hijos a tener límites: absolutamente nadie tiene el derecho a tocarlos ni a hacerlos sentir incómodos con expresiones de “afecto” (esto incluye a familiares cercanos). No le digas que es “pesado” por no querer recibir ni dar besos. Esta decisión es su derecho y de nadie más. Pon atención en las personas que, estando presentes en el mismo lugar, parecieran cambiar el comportamiento de tus hijos.
Edúcate sobre los signos de alarma: pueden ser conductuales y/o físicos.

Señales conductuales
: Fobias, desinterés o rechazo a bañarse o hacerlo excesivamente, repentinos comportamientos sexuales e inapropiados, cambio en el ánimo (depresión, ansiedad), regresión conductual (moja la cama, se chupa el dedo), rechaza cercanía física, etc.

Señales físicas:

Ropa interior rasgada, sangrienta y/o con fluidos, dificultad y/o dolor al sentarse, sangrado, picazón y/o lesiones en el área genital.

Además, como regla general y para contribuir a la seguridad de nuestras comunidades, la experta recomienda: “creer, sin enjuiciar, a quien tenga la valentía de confiar para develar que ha sufrido un delito sexual y no olvidar que los delitos sexuales NUNCA son culpa de la víctima. Estos son puntos que, también, se deben validar en las conversaciones.

La perfiladora criminal, Marcela del Sol-Hallett, agrega que “Debemos entender que el delincuente sexual actúa considerándose en una posición de superioridad sobre su víctima. Busca control y posesión de la misma, la deshumaniza y la posiciona como herramienta de satisfacción: la transforma en una cosa que solo existe para satisfacer sus deseos. Es una violación de confianza y autoridad, antes que del cuerpo”.

Finalmente tener en cuenta que “Un abusador sexual aprovecha la vulnerabilidad de sus víctimas, especialmente si estas son niñ@s. Usará todos los mecanismos de auto-protección disponibles, ejerciendo coerción, amenazas y otro tipo de manipulación para imposibilitar a sus víctimas de delatarlo. Especialmente, tomando en consideración que cerca del 90% de los agresores son gente cercana, incluso familiares y a quienes podrías haber considerado confiables”, declara.

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