“Interculturalidad y tecnología para impulsar el desarrollo vitivinícola del sur de Chile”, se denominó el conversatorio desarrollado en dependencias del Centro de Investigación INIA Carillanca y que congregó a 130 personas. La actividad ejecutada por INIA e INDAP, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), en el contexto de los eventos 2024, permitió conversar sobre diversos temas de importancia para un rubro con alto potencial y oportunidades.
Cabe indicar que la superficie vitícola de la Macrozona Sur ha aumentado considerablemente, de forma opuesta a la realidad nacional, dado principalmente a los cambios en el clima y a las nuevas tendencias en el consumo de vino. El alza de las temperaturas extremas ha causado una serie de problemáticas en la vitivinicultura nacional, entre las que destacan el arranque de vides por falta de agua y fenómenos de deshidratación de uva, lo que merma considerablemente la economía de los productores.
En la actualidad, los consumidores de vino buscan productos más frescos y fáciles de tomar, y que a la vez, tengan un arraigo territorial. En este contexto, la Macrozona Sur se levanta como una zona con características culturales y paisajísticas únicas, aportando fuertemente a la diversificación de la industria vitivinícola nacional. Además, los vinos elaborados de las zonas más australes de Chile se caracterizan por una alta calidad, dado a que la fruta madura bajo condiciones frescas de temperatura. Sin embargo, su producción enfrenta una serie de desafíos técnicos y comerciales, tales como la escasez de mano de obra especializada, la incidencia de heladas primaverales e incluso tardías que afectan la cantidad de fruta cosechada, la ausencia de laboratorios de análisis química y bodegas de vinificación que puedan apoyar el trabajo de los productores locales y la falta de estrategias de marketing que puedan mejorar la comercialización de los vinos locales.
En este sentido, La Araucanía posee las condiciones para la elaboración de vinos y espumantes de alta calidad, contribuyendo a la gama de productos vitivinícolas de Chile. Si bien, en la región, la vitivinicultura es un rubro emergente, es una de las pocas en dónde el cultivo de la vid está aumentando. De ahí la importancia de las distintas ponencias presentadas en el conversatorio por destacados panelistas, que permitieron analizar los desafíos y oportunidades de la vitivinicultura en la región, desarrollo de proyectos en el rubro con comunidades Mapuche, desarrollo de productos con identidad patrimonial y territorial. También se profundizó en los desafíos y oportunidades del mercado nacional e internacional del vino para la pequeña y mediana industria, además de los desafíos y experiencias en la elaboración de productos vitivinícola en base a innovación. Temas a cargo del Dr. Gastón Gutiérrez de INIA, el Ing. Agrónomo Francisco Flores de Purén, la Ing. Agrónomo del Consorcio I+D Vinos de Chile Alejandra Soto, la sommelier Nadia Parra y el emprendedor regional Claudio Castro.
Una oportunidad
Para Héctor Cumilaf, Seremi de Agricultura, este evento permitió articular a los servicios del agro y relevar el rubro vitivinícola. “Este conversatorio es una actividad estratégica para el desarrollo regional, en una Araucanía donde tenemos un tipo de propiedad en manos de la pequeña agricultura. Por lo tanto es vital la asociatividad y la posibilidad que hoy entrega el rubro para ser una alternativa productiva importante. Nuestra región es muy rica y diversa, con la presencia Mapuche, que permite darle un sello intercultural a la producción de vinos”, dijo la autoridad.
Por su parte, Marcos Rebolledo representante de FIA, entidad que apoyó esta actividad, valoró las temáticas analizadas, en un rubro que presenta un potencial para La Araucanía. “El vino es una industria emergente en la región, que lleva más de una década de lento desarrollo y hoy está alcanzando una densidad que la hace más visible en la región. Nos parece importante apoyar el desarrollo de este eje productivo, sobre todo cuando la agricultura necesita aumentar y diversificar la matriz productiva. Tenemos que ser más competitivos, y buscar nuevos productos para el mercado nacional e internacional, donde el trabajo articulado es clave”, señaló.
Al respecto, el Director Regional de INDAP, Pablo González destacó la calidad de los vinos producidos en la región. “Como institución hemos venido desarrollando desde hace ya 12 años el trabajo con los vinos en La Araucanía y con la agricultura familiar campesina. Tenemos 40 productores (as) en distintas comunas de Malleco y Cautín, vinos distintos y de muy buena calidad, que aprovechando el Cambio Climático son una oportunidad. Vinos que han obtenido importantes premios. Pero aún nos quedan grandes desafíos, como desarrollar una identidad propia que potencie a los territorios”, dijo.
La Dra. Claudia Osorio, Directora Regional de INIA Carillanca, destacó el trabajo de investigación que INIA viene desarrollando y el impulso que necesita este rubro para seguir avanzando. “Para nosotros la vitivinicultura es un tema relevante y es uno de los focos en investigación que estamos desarrollando, atendiendo a que hay brechas necesarias de ser cubiertas y que van a incidir directamente en la producción de los agricultores. Nos referimos a investigar sobre las variedades que se están plantando, las plagas y enfermedades, y todo lo que tiene que ver con el manejo de las vides. En La Araucanía hemos tenido una oportunidad con el Cambio Climático respecto a la fruticultura, donde las vides son una alternativa productiva real, inserta en un territorio, con pertinencia cultural y un aporte al circuito paisajístico que rodea la producción de vinos, donde el relato es fundamental para generar identidad. Hoy podemos producir vinos y espumantes de muy buena calidad, que tenemos que unir al relato intercultural de La Araucanía y además asociarlo al turismo”, puntualizó.
Por: Lilian Avendaño F.
Periodista INIA Carillanca
Dejar una contestacion