Desde el programa gratuito de atención psicológica no presencial Fonoinfancia, indicaron la necesidad de explicar a niñas y niños este hecho y cómo influye en las rutinas diarias.
La medianoche del sábado 7 de septiembre, los relojes deberán adelantarse 60 minutos en gran parte del país, llevándonos a las 01:00 horas del domingo para marcar el inicio del horario de verano. Esta modificación se traduce, por ejemplo, en la variación de las horas de luz natural disponibles para que las familias realicen sus actividades.
A raíz de ello Fonoinfancia, programa gratuito de atención psicológica de Fundación Integra y parte de Chile Crece Más, destaca que las adultas y los adultos deben estar atentos a las reacciones que niñas y niños presenten, ya que no a todas las personas les afecta de la misma manera. En términos generales, por ejemplo, podrían evidenciarse cambios de humor, satisfacción o rechazo ante estos cambios, dificultades para conciliar el sueño o mostrarse más ansiosos e irritables, lo que incluso podría extenderse por algunos días.
Carolina Rivera Serey, psicóloga de Fonoinfancia, destacó que “esta es una oportunidad para que adultas y adultos no sólo expliquen sobre el cambio de hora, sino también las implicancias cotidianas que tendrá. Debemos tener en cuenta que las niñas y niños siempre tienen derecho a saber lo que ocurre a su alrededor y a opinar sobre lo que les sucede. Acá la paciencia, cariño y comprensión de las familias o personas a cargo de su cuidado es clave”.
Además, la profesional de Fonoinfancia comparte, una serie de recomendaciones para abordar el cambio de hora, considerando que la noche del domingo será donde niñas y niños notarán de manera directa el impacto de este cambio:
· Es clave explicarles la razón de esta modificación horaria y darles a entender, en la medida de lo posible, por qué hay períodos del año donde anochece más temprano o más tarde, hechos que marcan las distintas estaciones del año.
· Se sugiere una adaptación gradual de las rutinas, adelantando ciertos hitos como los horarios de comida, siesta, juegos y baño, entre otros. Ejemplo, comenzar con 15 minutos e ir aumentando este tiempo de manera paulatina.
· Oscurecer la habitación donde duermen para evitar que la luz ingrese directamente en las tardes, lo que podría facilitar que poco a poco se duerman más temprano.
· Una pequeña siesta si notan a niñas o niños somnolientos.
· Generar espacios de juegos que impliquen ejercicio físico.
· Realizar, si es posible, actividades que favorezcan el descanso como escuchar música suave, un baño antes de acostarse, leer o ejercicios de relajación.
· Exposición a la luz solar, principalmente en la mañana, para aumentar la producción de serotonina.
Si se requiere apoyo en este proceso, las familias y las adultas o adultos responsables del cuidado de niñas y niños, pueden comunicarse de forma gratuita y confidencial con el equipo de psicólogas y psicólogos de Fonoinfancia, a través del teléfono 800 200 818 o por chat ingresando al sitio web www.fonoinfancia.cl.
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