A la vista de todos, pero al parecer lejos de las prioridades del Consejo de Monumentos Nacionales, dos emblemas patrimoniales de Collipulli se deterioran sin freno: el Convento Franciscano San Leonardo de Porto Mauricio y el ex edificio de la Municipalidad, conocido también como la Casa Museo.
El primero, dañado severamente tras el devastador terremoto de 2010, ha sufrido años de abandono y nula intervención estructural. Sus paredes muestran grietas profundas, sus techos acusan daños evidentes y la naturaleza avanza sin control sobre un edificio que fue, durante décadas, un pilar espiritual y social para la comuna.
El segundo, el ex edificio consistorial, no sufrió daños de consideración durante el terremoto, pero sufre hoy otra tragedia: el abandono. Sus maderas exteriores están visiblemente raídas por la humedad y el paso del tiempo, mientras una de sus ventanas, sin marco ni vidrio, permanece cubierta apenas con una lona, en una imagen que duele a quienes valoran el patrimonio local.
Llama la atención cómo, mientras en otras regiones del país se realizan grandes inversiones para recuperar obras patrimoniales, en Collipulli siguen esperando. Se habla mucho de patrimonio, pero parece ser un compromiso reservado solo para ciertas ciudades o monumentos de gran visibilidad nacional. En Collipulli, la historia se desgasta y desaparece en el silencio y la indiferencia.
Este es un llamado urgente a las autoridades: no se puede proteger el patrimonio con discursos vacíos. Se necesita acción real y comprometida para evitar que estas piezas fundamentales de nuestra memoria histórica se pierdan para siempre.
Los monumentos no solo resguardan piedras y maderas antiguas; resguardan memorias, tradiciones y el alma de una comunidad. La restauración y preservación del Convento Franciscano y del ex edificio consistorial es una deuda pendiente que el país, a través de sus organismos competentes, debe saldar antes de que sea demasiado tarde.
Hoy, más que nunca, Collipulli exige respeto por su patrimonio.
Dejar una contestacion