Una querella por cuasidelito de homicidio fue presentada contra el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, luego de que Consuelo Oyarzún, de 33 años, sufriera un derrame cerebral durante el parto de sus hijas gemelas, Leonor y Magdalena, en abril de 2024. La mujer permanece en estado vegetal desde entonces.
Según relataron sus familiares, Oyarzún fue diagnosticada con síndrome HELLP —una complicación grave del embarazo—, pero no fue derivada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UTI), como se había previsto inicialmente. Su pareja, Alejandro Aedo, sostuvo que “todo estuvo bien hasta que fue llevada a recuperación, siendo que con el diagnóstico que nos dijeron debía estar en la UTI”.
“Después de estar celebrando, las bebés estaban bien y me dijeron que tenían que intubar a Consuelo. Fue como si hubiese pasado un huracán por nuestras vidas”, declaró su madre, Patricia Sheward.
El hospital respondió a través de su director, Mauro Salinas, indicando que el caso requirió una respuesta interdisciplinaria y aseguró que “se ha observado una evolución positiva en su estado de salud, con avances en la movilidad, fortalecimiento muscular y recuperación de la comunicación”.
La familia, sin embargo, cuestiona el manejo clínico, argumentando que el parto pudo haberse adelantado, dado que las niñas ya cumplían con peso y talla suficientes. Además, acusan un cambio inexplicable de criterio respecto al tratamiento que debía recibir Consuelo.
“Lo que más quería era tener una lactancia materna normal y se la privaron. Yo quiero justicia para ella y para mis hijas”, expresó Aedo.
La querella busca establecer si hubo negligencia médica y determinar responsabilidades en una jornada que, según la familia, se convirtió en una pesadilla el mismo día en que debía celebrarse una nueva vida.
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